Menos mal que Latifi conducía en Yas Marina un coche británico de un equipo cuyo cuartel general está localizado en Gran Bretaña, que iba impulsado por una unidad de potencia Mercedes-Benz desarrollada en la planta inglesa de Brixworth, similar a la que montan los monoplazas de Brackley.
Williams es cliente de Mercedes, lo fue preferente no hace tanto, pero a Latifi lo han comenzado a crucificar los tabloides y la cosa ha llegado a redes sociales y el canadiense es ahora un traidorzuelo vendido a Red Bull porque provocó el Safety Car de la vergüenza.
Si no fuese para llorar daría risa, pero produce pavor. ¿Estos eran la cuna de la Fórmula 1; los guardianes de las esencias de la máxima expresión del automovilismo deportivo? Los especialistas británicos se pasaron tres pueblos la semana pasada, repartieron gasolina y cerillas y hoy Nicholas es reo de hoguera... Pues nada.
Os leo.
-"¡Latifiño, que te endiño!"
ResponderEliminarBueno, hasta Bernie le ha dicya HAM que en F1 se va llorado de casa y que no se queje del árbitro que él hizo trampa nada más empezar adelantando por fuera de la pista e hicieron la vista gorda...
ResponderEliminar... Madre mía, alabando a Bernie... Lo que me quedaba por ver...
Tres ave Marías y dos padre nuestro, sin pecado concebido...
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