Los olvidados

Se ha puesto tan estiradita la cosa que vivimos un presente minúsculo, en el que parece que no hay espacio más que para los grandes de nuestra disciplina, sin embargo, la tendencia natural a consumir «pasado» como si no hubiera mañana no hace sino reiterar, una y otra vez, que nuestra actividad estuvo plagada de nombres que tuvieron su lugar y quedaron grabados a fuego en el sentir de los fans.

Ayer Kamui Kobayashi clavaba la pole para las 8 Horas de Bahrein en su última participación con Toyota. Conway, él y Pechito, acarician su primer Mundial de Resistencia y parece que no hay plaza para ellos porque casi a 14.000 kilómetros de distancia, Max y Lewis se las van a ver en el Hermanos Rodríguez. Debería haber sitio para todos, pienso. Es la modernidad, o lo extenso de los calendarios o las prioridades del negocio, me digo...

La culpa es de Bernie, recapacito, que empeñado en hacer de la Fórmula 1 su corralito, impidió a los pilotos de la máxima especialidad participar en otras categorías, rompiendo así un vínculo sagrado entre el aficionado y sus héroes, hilo que a día de hoy sigue sin estar reparado. 

Jo Bonnier. No alcancé a disfrutarlo porque perdió la vida en las 24 Horas de Le Mans de 1972 [Hill y la Triple Corona, 1972 (#24LeMans 40)], pero me habría gustado, sin duda me habría gustado hacerlo cuando era materialmente imposible para mí, cuando la Resistencia era más atractiva que la Fórmula 1 y los pilotos tasaban su fortuna tratando de domar fieras allá donde pudieran correr.

Os leo.