Más allá de esta anécdota, 1970 supuso el vigésimo aniversario de la primera participación de Porsche en Le Mans y Ferry Porsche hizo los honores dando el banderazo de salida, en lo que, a la postre, iba a significar un festival para la de Stuttgart.
Debido al apabullante dominio de Porsche en el Mundial de Resistencia (World Sportscar Championship), Ferrari, revitalizada con la inyección de dinero proviniente de su venta a FIAT [#Ferrari/Ford], apostó tempranamente por lograr la victoria en La Sarthe en el Group 6 Sports-Prototypes, para lo cual inscribió cuatro vehículos oficiales, uno de ellos con carrocería prolongada (Coda Lunga), dando apoyo a los integrados en NART, Ecurie Francorchamps y Scuderia Filipinetti.
El 512S italiano era sobresaliente pero adolecía de escaso rodaje, algo que lo incapacitó para enfrentarse a los 917 de la fábrica alemana tanto en el WSC como en Le Mans, pues los problemas con la transmisión y las suspensiones traseras fueron prácticamente continuos —José María Juncadella y Juan Fernández corrieron con uno de ellos bajo pabellón Escuderia Montjuich, con el que desgraciadamente no pudieron alcanzar ni tan siquiera la mitad de la prueba.
Porsche, como en el World Sportscar Championship, fue representada en las 24 Horas por John Wyer Automotive (Gulf-Porsche), Porsche KG Salzburg y Martini Intenational Racing. Los 917K (Kurzheck) habían mejorado su estabilidad gracias a la idea de John Horsmann (JWA) de utilizar pletinas inclinadas en la parte final de la carrocería. La solución estrenada en Zeltweg antes del inicio del Mundial, fue copiada y aplicada inmediatamente por todos los usuarios del 917 corto, no obstante, Gulf-Porsche, Salzburg y Martini también presentaron en La Sarthe los imponentes 917LH (Langheck), más anchos y largos que los K, cuyas estudiadas líneas y potencia los convertía en misiles en Les Hunaudières y Mulsanne —Vic Elford consiguió la pole precisamente con el de Salzburg, a 242'685 km/h de media, con un tiempo dos décimas mejor que el de Nino Vaccarella sobre el Coda Lunga de SpA Ferrari SEFAC.
La inscripción volvió a ser abundante, 100 candidatos, pero de los 51 coches que tomaron la salida el sábado 13 de junio, veinticuatro eran Porsche repartidos en diferentes categorías, incluido el pequeño 914/6T que consiguió la hazaña de concluir sexto con Ballot-Léna y Chasseuil al volante. Enfrente, doce Ferrari, once 512S y un 312P Coupé en manos de NART, a los que se sumaban los Alfa Romeo oficiales, los Matra, un Ligier, varios Chevron, un vetusto Lola T70 Mk. IIIB y un reducido etcétera...
Bajo cielo encapotado pero con el piso seco, la nueva modalidad de arrancada se demostró pronto como un error mayúsculo y mucho más peligrosa que la usada hasta entonces. Mientras los vehículos de los primeros puestos encontraban espacio para circular, detrás se produjeron situaciones comprometidas debido a la densidad de coches y las prisas por tomar posiciones. No obstante, la carrera se inició sin indidentes reseñables, aunque pasadas unas vueltas comenzó la sangría en Ferrari. El primero en sucumbir fue el Coda Lunga de Vaccarella, en el giro siete, por rotura de motor.
Porsche tampoco estuvo exenta de problemas. Pedro Rodríguez abandonaba con su 917K cuando el atardecer engullía La Sarthe. Sin que el reloj hubiese marcado las 21:00 horas del sábado y con la armada alemana dominando de caba a rabo la carrera, comenzó a llover copiosamente en algunos sectores y el aguacero se fue extendiendo por todo el circuito conforme pasaron los minutos. Jo Bonnier trataba en esos instante de llegar lentamente a boxes con su Coda Lunga dañado, cuando fue alcanzado en la zona de Maison Blanche por Arturo Merzario, Derek Bell y Mike Parkes, los tres sobre 512S y rodando a alta velocidad. El peor parado fue el segundo Coda Lunga de Scuderia Filipinetti —el dorsal 15 usado por Fernando Alonso en el show de 2014 en Le Mans—, aunque sin consecuencias para el piloto. Se incendió al chocar contra Bonnier y Merzario mientras Bell escapaba de la celada por los pelos, pero con el motor dañado irremediablemente.
En apenas un puñado de vueltas Ferrari había perdido otros cuatro 512S, cinco en total sumando el de Vaccarella caído en combate horas antes, pero la cuenta que aumentó a seis cuando, a falta de una hora para el estreno de la madrugada, Helmut Kelleners perdía el control del suyo bajo la lluvia torrencial...
Agua a mares, mala visibilidad, suelo deslizante por el reciente reasfaltado. Siffert lideraba con comodidad sobre su Porsche 917K número 20, seguido a una vuelta de distancia por el 917LH de Elford. David Piper era tercero a dos y Attwood cuarto a tres, todos ellos sobre las bestias de Stuttgart. Jacky Ickx aprovechó las difíciles condiciones para ganar terreno. Voraz, el belga firmaba una brutal remontada con el único 512S oficial que quedaba en pista, que lo llevó a la segunda plaza, aunque intentado el desdoble con Siffert en Chicane Ford terminó contra los laterales de tierra, con tan mala fortuna que mientras giraba fuera de control atropelló a un comisario que perdería la vida horas después. Ickx abandonaba y con él se evaporaban las escasísimas aspiraciones que había mantenido Ferrari.
Tampoco fue mejor para Gulf-Porsche (John Wyer Automotive). A la retirada de Rodríguez se sumó al comienzo de la noche la de Hobbs en accidente, pero faltando poco para el ecuador de la carrera y habiendo dejado de llover, con todo de cara para una victoria casi segura, el Porsche de Siffert comenzó a dar muestras de que algo no iba bien, circunstancia que se certificó cuando un par de giros más tarde entró a garajes dejando tras de sí una espesa nube de humo. Hans Herrmann, que había tomado el relevo a Richard Attwood, lideraba las 24 Horas de Le Mans cuando tan sólo rodaban 23 coches sobre La Sarthe.
La extrema dureza de la noche había pasado factura. A la escabechina de máquinas se sumaban las distancias, a veces abismales, habidas entre unos participantes y otros. Todavía quedaba bastante carrera por delante y para muchos equipos todo consistía en tratar de cubrir como fuese los kilómetros necesarios para clasificarse, obviamente, la situación aconsejaba no exponerse a roturas o accidentes. Herrmann iba en cabeza con casi cuatro vueltas sobre el Martini de Gérard Larrousse y Willi Kauhsen, el psicodélico 917LH de tantas instantáneas como quedan de 1970, y a tres más, el 908/2LH conducido por Rudi Lins y Helmut Marko. El podio estaba prácticamente hecho cuando, ya de amanecida, una tormenta con abundante aparato eléctrico amagó con desatar de nuevo el infierno.
Las horas que faltaban para la conclusión fueron relativamente tranquilas aunque no impidieron más criba. Elford, por ejemplo, después de haber logrado la pole y haberse mantenido en puestos con opciones, veía como el 917LH que compartía con Kurt Ahrens Jr. le dejaba tirado tras sufrir una rotura de válvula a falta de seis horas para el final...
Con buen tiempo y sólo 16 vehículos en pista, de los que únicamente se clasificarían 7, Hans Herrmann y Richard Attwood cruzaron la meta después de haber completado 343 vueltas a La Sarthe sobre el Porsche 917K dorsal 23 de Porsche KG Salzburg; a cinco (338) finalizaron Gérard Larrousse y Willi Kauhsen al volante del 917LH de Martini Intenational Racing; a tres más (335) lo hacía el 908/2LH de Lins y Marko, también de Martini. Y ya a un mundo, los 512S de Ronnie Bucknum y Sam Posey para NART y el de Hughes de Fierlandt y Alistair Walker para Ecurie Francorchamps, con 30 y 38 vueltas de descuento, respectivamente.
Porsche celebró por todo lo alto su vigésima participación en las 24 Horas mientras Ferrari ya se había marcado el objetivo de batir a la de Stuttgart en la edición de 1971...
Gran lectura para comenzar un fin de semana.
ResponderEliminarUn saludo
Sr. Polyphenol