martes, 8 de septiembre de 2020

Caperucita y el macarrilla feroz


Luego de la carrera del domingo, quedó demostrado que si Lewis corrió raudo y veloz con la melena al viento después de cumplir su sanción, no fue por ganar plazas ni llegar lo más arriba posible, sino por coger raudo y veloz (con la melena al viento) su patinete y presentarse ante los responsables de la FIA...

Me dejo de chistes malos que me conozco. Va la segunda vez en dos años que un piloto trata de resolver personalmente sus asuntillos con Michael Masi y su gente, y el tufillo a macarrismo resulta insoportable. Si lo de Vettel en Canadá 2019 ya fue lo suficiente fuerte, lo de Hamilton en Monza merecía escena de saloon en película del Oeste, con el británico siendo desalojado a la calle por la puerta de doble hoja.

Hay cauces para solventar estos temas y el equipo es quien debe encargarse de ellos. Un conductor, el que sea, no puede personarse ante Dirección de Carrera si no ha sido llamado previamente. Es el protocolo, son las reglas, y saltárselas es un asunto feo y grave aunque la prensa mamporrera de allí, de aquí y de acullá, lo considere una simple anécdota.

También es verdad que el de Stevenage está muy acostumbrado a ponerse el mundo por montera saltándose todo lo habido y por haber, incluso las órdenes de Paddy Lowe en Abu Dhabi 2016, pero hay límites, y un tipo que dice ser referencia y busca convertirse en una figura inspiradora, debería ser el primero en entender que mear fuera del tiesto no casa con el papel de asceta humilde que vende. Le sobran victorias y poles como para permitirse aceptar, por una vez, que las normas afectan a todos por igual, también a él, y que a pesar de que supuestamente el error lo cometió su equipo al llamarlo a boxes, fue palmario y acarreaba penalización.

Os leo.

3 comentarios:

  1. A ver si se va de una puta vez, duplicando o triplicando los récords del mundo mundial.

    Para cuando se entere que no le ha disputado los mundiales a nadie últimamente (2016 es la singularidad) ya habrá perdido la oportunidad de trascender.

    No como deportista o Racer, sino como PERSONA.

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  2. Este chaval se ha despeñado por el barranco de los tontos, definitivamente. Y todo empezó con el veganismo, funesta manía de los snobs de hoy día.

    Encima, con todo el trampantojo del racismo y tras ver como la F1, su equipo y buena parte de sus compañeros de profesión han pasado por el aro de sus caprichos, pues está crecidito y se le sube a las barbas al Dios divino si hace falta.

    Resumiendo, necesita como el comer que le hagan doblar la cerviz además de la rodilla.

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  3. Saludos maestro:

    Es un signo claro que Lewis tiene más intereses que solo ganar el campeonato, la marca Lewis Hamilton es la que gana con desplantes y escandalillos como ese, ahora mismo lo más importante para Lewis es venderse en el mundo y que se hable de él como sea, que ser multicampeon ya no es noticia.

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