Mechas, extensiones, tintes... mi niñez está plagada de recuerdos de peluquería de señoras, of course!, y hete aquí que, en año de pandemia, ya mayorcete yo, la Fórmula 1 ha decidido ponerse guapa tirando de postizos en el pelo.
Más allá de que la vida parece la ruedita de un hámster, recién aparcado el Gran Premio de Italia allá que nos vamos al de Toscana en el circuito de Mugello, donde Ferrari celebrará sus 1.000 citas en el Mundial, alineación de astros que ha ocasionado cierto cachondeo, para qué vamos a negarlo, incluso en aquellos que se pasan la vida amonestando a quienes osan reírse de los males ajenos pero encuentran adecuado mencionar camiones y tractores en referencia al SF1000.
A diferencia de otras veces, ésta os voy a servir de poco. No soy seguidor de MotoGP, le doy poco a las fórmulas menores, y, en consecuencia, mi conocimiento sobre el trazado italiano es bastante escasito. En principio, su cuerda es de 5'24 kilómetros y su configuración ofrece una abrumadora abundancia de curvas frente a las pocas rectas en intersecciones, de entre la que destaca la principal, de 1'1 kilómetros en ascenso. Se considera un circuito técnico y exigente con los compuestos, lo que ha llevado a Pirelli a escoger los compuestos más duros de su gama (C1, C2 y C3), algo que, a su vez, aventura que iremos a una parada, como suele ser la norma general en el calendario 2020.
Y bueno, poco a poco iremos descubriendo más cositas y supongo que para este viernes os las podré contar, eso sí, sin tirar de viejos recuerdos en los que Ferrari entrenaba en Mugello y probaba allí sus máquinas cuando nuestro deporte no consitía en ahorrar sino en ser más rapido que nadie.
Os leo.
Y bueno, poco a poco iremos descubriendo más cositas y supongo que para este viernes os las podré contar, eso sí, sin tirar de viejos recuerdos en los que Ferrari entrenaba en Mugello y probaba allí sus máquinas cuando nuestro deporte no consitía en ahorrar sino en ser más rapido que nadie.
Os leo.
Hace algún tiempo que dejé de seguir los autos cojos, pero aún recuerdo esa pista. Entre mis últimos recuerdos está el vuelo de Rossi cuando salió por orejas de la Yamaha y se partió la gamba, hace ya una década lo menos.
ResponderEliminarEn fin, el circuito es precioso pero no sé si nos deparará un buen espectáculo con estos coches que a buen seguro estarán por debajo del minuto veinte, dada la rapidez de la mayoría de las curvas de Mugello, con las Arrabbiatas como paradigma, que calculo que estos carros trazarán a fondo o poco menos.
Crucemos los dedos y a ver si nos depara un buen espectáculo, pero no perdamos de vista que puede ser una procesión estilo Montmeló, con adelantamientos solo a final de recta, en San Donato y gracias a San DRS.