¿Es posible?

«Tenía cuatro compinches, iban siempre con él: pobreza, amargura, prejuicios y desesperación. Salas apretó el gatillo, pero ellos cargaron el revólver...»

Detrás de cada hecho noticiable hay todo un mundo de razones y, obviamente, en las bambalinas de la aparente pobre actuación de Fernando Alonso en la clasificación para las 500 Millas de Indianápolis existían algunas claves que el aficionado medio no tiene por qué conocer. Raúl Romojaro, desde su cuenta personal en Twitter lanzaba un órdago al aire: «Lo que pasa con el periodismo de salón. @alo_oficial [Alonso] dice: “No tuve la velocidad en el ritmo de clasificación ni ayer ni hoy, pero estoy contento con la tanda”. Y nadie le puede preguntar ¡cómo se explica eso! Ni velocidad, ni ritmo pero contento. Me hago mayor...»

El bicampeón del Mundo de F1 (2005/06), ganador de la Rolex at Daytona 2019, campeón de Resistencia 2018/19 y, así mismo, vencedor de las 24 Horas de Le Mans en 2018 y 2019 y litigante en las 500 Millas de Indianápolis desde 2017, excepción hecha de 2018, ha tenido a bien contestarle (contestarnos a todos, más bien) en los siguientes términos: «Te lo explico. Los 2 primeros días con race boost estábamos en top 10. Ayer y hoy con qualy boost (ni nosotros ni los últimos ganadores de esta prueba por ej) parece q seamos competitivos. Hacemos lo mejor que podemos la crono, así q contentos, y empezamos a preparar la carrera...»

En vulgar paladino: configuración de carrera vs. configuración de clasificación. El asturiano ha deshecho la madeja en apenas los 280 caracteres que permite la red del pajarito por intervención. El Arrow McLaren SP se manejaba entre los 10 primeros más rápidos en condiciones de carrera, mientras que, en clasificación, los propulsores Honda han marcado distancia con los Chevy y se han impuesto, claro, hasta el punto que, de los que disputarán mañana el Fast Nine, sólo hay un representante de Chevrolet.

¿Es relevante este escenario? Sí lo es, pero no es determinante, y me explico. La idiosincrasia de las 500 Millas favorece el espectáculo desde el minuto uno, pero la carrera, en sí, es bastante larga con respecto al promedio y premia tanto la fiabilidad como las estrategias y los consumos, y aquí, Chevrolet no interpreta el papel de perita en dulce que nos proponen los datos extraídos de la clasificación para la Indy 500. Las plataformas propulsoras están bastante igualadas en términos de rendimiento neto, y eso es lo que va a contar el próximo día 23.

¿Podemos ganar...? A ver, ¿quién puede apostar a eso en una prueba que suele dirimirse en las diez últimas vueltas? ¿Podemos estar en ese grupo que opta al triunfo? Esta pregunta resulta más razonable y la respuesta es sí. Arrow McLaren SP puede colocar sus coches con opciones de victoria en las postrimerías del último relevo. Entonces, ¿se puede? A ver, es muy aventurado afirmarlo a ocho días de la carrera. Indy 500 tiene sus cosas, para ganar hay que estar ahí en el momento adecuado, con la carga de combustible fetén y las gomas en abanico de idoneidad. No es fácil ni resulta sencillo... el team va a tener que currárselo bastante, y el piloto también.

¿Puede ganar Fernando Alonso? Está complicado, para qué vamos a enredarnos, pero si en el último stint se mantiene en la vuelta del líder y con capacidad de acosarlo, todo es posible, incluso con un Chevy empujando su monoplaza.

Os leo.