martes, 7 de enero de 2020

¿Estabilidad o trampa para osos?


Pasando por alto que buena parte de la tropa que en estos instantes está dando chalos con las orejas porque la renovación de Max Verstappen hasta 2024 aporta estabilidad a Red Bull (sic), es la misma o parecida que ha defendido siempre que lo de Hamilton en 2007 estuvo fetén de la muerte y que lo de Leclerc este año ha sido un poco feo —que todo esto parezca un oximoron no significa que no lo sea—, el acaecido en sí me origina un montón de interrogantes.

Cinco años son demasiados como para presuponer que no haya una estrella por ahí que con estas cosas se va a encontrar con un tapón de mil demonios en sus aspiraciones profesionales. Maranello está blindado con Charles hasta 2023 y ahora, Milton Keynes, con Max, se cierra a las posibles novedades hasta dentro de un lustro, que se dice pronto. Sinceramente, me da que alguien ha perdido la poca cordura que le quedaba.

La estabilidad está bien, entendámonos, pero así, bote pronto, no parece nada atractivo que alguien se integre en Alfa Romeo o Alpha Tauri (anteriormente Toro Rosso), porque todo su futuro va a saber a tiempo perdido...

Dios me libre de enmendar la plana a nadie, pero si el cumplimiento del contrato de Vettel ha originado en Ferrari un 2019 para olvidar, y la temporada pasada se saldó en Red Bull con la salida de Daniel Ricciardo, no quiero ni imaginar lo que puede suponer que, efectivamente, aparezca en estos años próximos en el horizonte, un tipo o una tipa (el Altísimo lo quiera pronto) capaz de enturbiar estos planes trazados tan a largo. 

Que la relación de Heineken con la Fórmula 1 pueda llegar hasta finales de 2023 [Oficial: Heineken, nuevo patrocinador de la F1] sólo añade pimienta a este merequetén de la órdiga. Casualidad o no en el milagro, lo cierto es que nuestro deporte se sigue leyendo mejor en términos políticos y económicos que en resultados puros en pista, y creo honestamente que los aficionados salimos perdiendo.

Mucho Senna y mucha vaina bendita, pero donde esté un contrato leonino a lo Schumacher, que se vayan apartando la sana competitividad, el primus inter paris y el aquí sólo caben los mejores. Perdimos la virginidad hace tiempo, no vengamos ahora con hostias...

Os leo.

1 comentario:

  1. los aficionados ya hasta nos olvidamos de preparar el bote de vaselina juajuajua viva la cuenta de resultados!! el deporte y la osadía de los pilotos si eso... por donde amargan los pepinos

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