Decimoquinta prueba del calendario NTT IndyCar Series 2019, tres carreras por disputar para concluirlo: Gateway, el último óvalo de la temporada...
Con la sombra de lo sucedido una semana antes en Pocono sobrevolando el fin de semana [El diablo sobre ruedas], la Bommarito Automotive Group 500 se celebraba siguiendo los cauces normales y habiéndose disputado la clasificación. Josef Newgarden en pole y con un nuevo punto acumulado en su casillero mientras que su principal rival para el título de la serie, Alexander Rossi, tenía que conformarse con salir muy retrasado después de no haber sabido encontrar la velocidad necesaria en su vehículo. Las espadas estaban en lo alto, pero al menos, esta vez los contendientes arrancaban con los deberes hechos.
El trazado de Gateway Motorsports Park (Madison, Illinois) es más amable y corto que Pocono Raceway —dos curvas de diferente radio, cuatro vértices en total, y entre medias tirar y tirar, como mandan los cánones en este tipo de circuitos—. Así la cosas, las 500 millas (248 giros) se antojaban un clásico en la disciplina: cuidar consumo y gomas, gestionar el tráfico, no perder comba con la cabeza, aprovechar cualquier caution y preparar conciencuzamente el relevo final, algo que, así escrito, parece bastante fácil de resolver pero a la postre supone la madre del cordero en los óvalos de IndyCar.
Y bien, como decíamos antes, la arrancada resultaba limpia aunque para la segunda vuelta ya teníamos lío en pista. La concentración de monoplazas era alta en esos instantes y Sato se mostraba especialmente perezoso, a resultas de lo cual el japonés evitaba por los pelos a un Hunter-Reay que buscaba hueco, lance del que Rossi salia ileso por el canto de un duro de los de antes, mientras detrás de ellos, Marcus Ericsson y Charlie Kimball se tocaban provocando la primera amarilla.
Los primeros pasos por boxes estaban previstos para la vuelta 40/43, pero el caution tempranero ayudó a que esta previsión se dilatara. Power besaba muro tras su reincorporación al asfalto y en la 52 ya teníamos desplegada la segunda amarilla... Scott Dixon perdía todas sus opciones en estos momentos, muy tocado después de un percance en el radiador de su coche que acabaría obligándole a abandonar vueltas después, pero en la relanzada el grupo de cabeza permanecía compacto: James Hinchcliffe, el rookie Santino Ferrucci, Josef Newgarden y Sébastian Bourdais, por este orden.
Rossi casi había dicho adiós a la prueba y, por ende, al campeonato, no obstante, comenzaba la escalada desde la duodécima posición. Para el giro 100 ya era noveno. Ferrucci había hecho claudicar a Hinchcliffe y abría hueco arriba. Bourdais bregaba en la tercera plaza y Newgarden se mantenía cuarto. Luego de la segunda ronda de paradas y un percance en el que por muy poco el de Tennesee no abandonaba, el californiano ya estaba detrás de él. A ambos les valía, para qué vamos a negarlo, aunque quedaba más de la mitad de la carrera por delante y Marcus Ericsson estaba a punto de provocar un nuevo caution. El sueco se iba al muro y, en la resalida, Rossi arrebataba a Newgarden la cuarta posición...
La alegría duraba poco. Kimball cerraba a Pigot y éste terminaba en el hormigón. En la reanudación Rossi seguía delante de Newgarden pero el líder del campeonato se había puesto las pilas y terminaría devolviendo el golpe. Juntos se deshacían de Hinchcliffe y se iban a por Bourdais. La temperatura de la pista ya había cedido algunos grados y la conducción empezaba a ser clave. Takuma Sato, a la chita callando, se había puesto al acecho y comenzaba a postularse como amenaza. El francés se va al muro y Newgarden aprovecha el nuevo caution para adelantar su última parada y tratar de llegar al final de la prueba con lo puesto. Mantenía la cuarta posición por detrás de Sato, Kannan y Carpenter, respectivamente, y a la espera de acontecimientos y de que su jugada diese frutos. No iba a ser así.
El de Tokio abría brecha y se distanciaba de Tony Kanaan. Tras él: la refriega, con Rossi jugando en el filo de la navaja y Simon Pagenaud poniendo toda la carne en el asador. Ferrucci superaba a Newgarden mientras que Ed Carpenter había puesto su punto de mira en el de Rahal, consciente de que Sato debía cuidarse mucho para llegar entero a la meta. Vueltas finales de infarto, separación entre el primero y el segundo tasada en menos de cuatro décimas. Newgarden trompeando, Rossi literalmente perdido, superado en todo momento por Pagenaud, incluso en la tabla general...
Era muy tarde en España, pero ¡coño!, mereció la pena...
Os leo.
La alegría duraba poco. Kimball cerraba a Pigot y éste terminaba en el hormigón. En la reanudación Rossi seguía delante de Newgarden pero el líder del campeonato se había puesto las pilas y terminaría devolviendo el golpe. Juntos se deshacían de Hinchcliffe y se iban a por Bourdais. La temperatura de la pista ya había cedido algunos grados y la conducción empezaba a ser clave. Takuma Sato, a la chita callando, se había puesto al acecho y comenzaba a postularse como amenaza. El francés se va al muro y Newgarden aprovecha el nuevo caution para adelantar su última parada y tratar de llegar al final de la prueba con lo puesto. Mantenía la cuarta posición por detrás de Sato, Kannan y Carpenter, respectivamente, y a la espera de acontecimientos y de que su jugada diese frutos. No iba a ser así.
El de Tokio abría brecha y se distanciaba de Tony Kanaan. Tras él: la refriega, con Rossi jugando en el filo de la navaja y Simon Pagenaud poniendo toda la carne en el asador. Ferrucci superaba a Newgarden mientras que Ed Carpenter había puesto su punto de mira en el de Rahal, consciente de que Sato debía cuidarse mucho para llegar entero a la meta. Vueltas finales de infarto, separación entre el primero y el segundo tasada en menos de cuatro décimas. Newgarden trompeando, Rossi literalmente perdido, superado en todo momento por Pagenaud, incluso en la tabla general...
Era muy tarde en España, pero ¡coño!, mereció la pena...
Os leo.
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