sábado, 20 de julio de 2019

La encrucijada de Haas


Da lo mismo cuándo leas esto: si no acabas las carreras no puntúas, y si no lo haces no ganas pasta al final de año, ni mucho menos engañas a otro lilas como Rich Energy para que invierta en el proyecto [En tierra de cuatreros], por mucho que sus propios problemas estén ayudando a ocultar los tuyos.

La renovación el año pasado de Kevin Magnussen y Romain Grosjean prometía horas y horas de entretenimiento durante 2019, y Haas, cumpliendo el guión de manera escrupulosa, nos las está brindando sin apenas exigirnos nada a cambio: un poquito de paciencia y ya... Pero la de Kannapolis va directa a las escolleras y con un mono borracho al timón —no hay insulto a Steiner, sólo metáfora—, y su situación está pasando de marrón a oscuro a mayor velocidad de la que alcanzan los pilotos oficiales para liarla bien liada.

No sería preocupante si no estuviéramos hablando de un equipo que, en principio, contaba con todos los sacramentos para inquietar a los aspirantes a encabezar la zona media de la parrilla.

En 2018 terminó quinta —también es verdad, con la ayudita de los puntos que le quitaron a Force India durante la fase de mutación a Racing Point—, pero esta temporada va por delante de Williams y contando con que la de Grove ni se puede defender ni se espera que lo haga, vamos, que la de Claire es última porque alguien tiene que ocupar ese lugar, ya que si tuviera un mínimo de posibilidades lo más seguro sería que fuese farolillo rojo la protagonista de esta entrada.

Lo más cachondo de todo es que en Haas se sobrelleva la situación como quien esperaba un temporal y le caen chuzos de punta por no haber sacado el paraguas. Guenther Steiner hace que se cabrea un poco con sus conductores porque en su contrato pone (imagino) que tiene que hacerlo por aquello del respeto debido, pero Romain y Kevin siguen sin dar muestras de haber entendido en qué consiste trabajar en Fórmula 1.

¡Hay que sumar, coñe! Y si apenas empiezas la carrera, como sucedió en Silverstone, o te enredas como en el Paul Ricard, lo normal es que a un tipo raro como William Storey le diese palo que su marca (legítima o no, hoy no discutimos eso), patrocine autos de choque en vez un equipo en el Mundial F1.

Tampoco espero que se arregle ste sarao, pero bueno, me apetecía apuntarlo porque es seguro que a partir de Alemania y hasta Abu Dhabi, Haas va a seguir dando que hablar.

Os leo.

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