sábado, 16 de marzo de 2019

Sábado, sabadete...


El fin de semana ha empezado de manera inmejorable: victoria del Toyota dorsal número 8 en las 1.000 Millas de Sebring y poquito después, arranque del Mundial de Fórmula 1 con la disputa de la clasificación para el Gran Premio de Australia...

En cuanto a la prueba del WEC (World Endurance Championship FIA), desgraciadamente sólo he podido disfrutarla de manera parcial (primeras dos horas y, esta madrugada, algo más de la última), así que poquito puedo decir más allá de lo que ya habréis podido leer por ahí. Fernando, Kazuki y Sébastien se distancian en la general de pilotos y Toyota mete un nuevo rejonazo a sus rivales ya que en el Sebring International Raceway quedaba segundo el otro coche de la marca japonesa, el número 7 conducido por Konway, Kobayashi y López.

El triunfo en Sebring resultaba clave para las aspiraciones del conjunto nipón. Aparte de la mayor cantidad de puntos para el equipo vencedor (32 en este caso), el circuito no es precisamente una perita en dulce. Rápido pero bacheado, iba a poner a prueba la consistencia de los vehículos y el trato que daban estos a los neumáticos, y en este sentido, cabe decir que Toyota, en sus dos plataformas, ha sabido resolver la papeleta con notable alto y sobresaliente en el caso de la tripulación ganadora.

Quedan por delante tan sólo Spa-Francorchamps y Le Mans para concluir este supercampeonato 2018-19, y tras la descalificación en Silverstone, la carrera norteamericana ha supuesto alcanzar un goloso colchón de aire.

En otro orden de cosas, y concretamente en el hemisferio sur, Albert Park nos ha permitido disfrutar de la primera clasificación del año con un remake de lo visto durante la última parte del año pasado. Los Mercedes AMG han comenzado dominando de manera incontestable con el Ferrari de Vettel inmediatamente detrás, y a su cola, el Red Bull de Verstappen.

Lewis sigue sumando poles, y aunque sería precipitado decir nada hasta que mañana no caiga la bandera de cuadros, todo indica que a Sebastian se le han empezado a complicar las cosas muy temprano porque ya en el corralito se le notaba esa cara que se le queda (y no puede ocultar) cuando las cosas no pintan bien.

Sea como fuere, mañana toca de nuevo madrugar.

Os leo.

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