sábado, 16 de marzo de 2019

El hombre que se ha ido


A poco que nos fijemos, todo lo que nos rodea tiene más sentido si posamos nuestra atención en las ausencias.

En dibujo existe una técnica que consiste en captar lo que hay alrededor de un objeto, con la intención de que éste surja mejor proporcionado y con mayor cantidad de detalle. Funciona, incluso con críos o con quienes creen que dibujar es muy difícil. La he usado y sigo usándola, también para distinguir dónde me muevo, e imagino que esto mismo se nota en la largura y anchura de este dinosaurio que estáis leyendo. ¡Ya me gustaría ser un poquito más opaco...!

En fin, se habla mucho de que Fernando ya no está en la Fórmula 1 pero lo cierto es que sigue empapándola con una presencia que, sin ser la habitual, no deja de notarse porque mal que queramos sigue haciendo motorsport, cosechando hechos, acaecidos y triunfos, que algunos ningunean como si fuese posible no tenerlos en cuenta o mirarlos de reojo o por encima del hombro.

Todos sabemos qué habría sucedido si Lewis Hamilton, un suponer, hubiera sabido qué significaba La Triple Corona y se hubiese embarcado en la aventura de conseguirla. También somos capaces de imaginar los ríos de tinta, loas y alabanzas, que habría originado un Sebastian Vettel venciendo en la Rolex 24 at Daytona o las 1000 Miles of Sebring o las 24 Heures du Mans. Lo sabemos, claro que lo sabemos, otra cosa es que por cortesía lo callemos...

¿Max en las 500 Millas de Indianápolis...? ¡Wow!

El caso es que al protagonista de nuestro cuento le indicaron que se fuera y le enseñaron la puerta de salida por si no quería hacerlo, pensando, tal vez, que se iba a volver a Oviedo a otoñar como han hecho decenas de pilotos una vez dejaron atrás la máxima disciplina del automovilismo deportivo. Pero el Nano no pretendía eso. Quería seguir disfrutando de conducir, de la pelea sobre el asfalto, del mundillo de las pruebas, y ha tomado las de Villadiego pero sin irse demasiado lejos, tan cerca, en realidad, que seguimos notándolo mientras su ausencia aquí nos ayuda a vislumbrar los feos costurones de nuestra Fórmula 1 moderna.

No me jugaría nada a que el asturiano no hubiese pensado también en esto, pero lo importante es que su hueco no lo está llenando ningún otro animal de carreras sino un reguero de medias palabras, medias verdades, silencios medidos, que evidencian que tampoco para esto era el tipo adecuado.

Sé que como el boomerang en su vuelo, nos será devuelto por los mismos que lo crucificaron. Y que entonces, aquí será alonsista hasta el Tato. Sólo espero y deseo que no transcurra demasiado tiempo, más por él que por mí, obviamente.

Os leo.

3 comentarios:

  1. Que te quieran, o que te respeten, se preguntaba Corleone...

    Redbull saca pecho en twitter hoy "now we can fight!". Anteayer Sky te introduce a las características del circuito con el accidente en 2016. Lewis hasta el año pasado desconocía que existiera una triple corona, pero ahora le mola el motoGP de toda la vida y tal, que a ver cuándo lo suben. Ya lo de Playboy y el rap no le llega.

    Seguirá siendo noticia, mis queridos detractores, por más que os retuerza las tripas. Lo que diga, lo que haga, rebota por toda la prensa internacional. Porque es de lo poco auténtico que permanece en el mundo del motor, un espíritu fuera de época. Y con las mismas ganas de siempre.

    Ahí, ahí... todos colgados de la P del asturiano.

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  2. Muy de acuerdo con tu artículo. Lo que lleva haciendo Fernando fuera de la Fórmula 1 el último par de años no es que sea extraordinario, es que nadie podría haberlo soñado.
    Sin embargo, también tengo que decir que en ese mundillo de la fama y celebridades hay que saberse ganar apoyos. Fernando ni ha querido, ni ha sabido hacerlo.
    ¿Qué hubiera pasado si una gran cadena de televisión pública hubiera apostado por apoyarle retransmitiendo Indy 500, Le Mans, o Sebring? Al igual que hizo Telecinco allá por 2003 (creo).
    Fernando ha ido siempre de frente, siendo muchas veces políticamente (o deportivamente) incorrecto. No nos engañemos, Fernando nunca será Rafa Nadal, porque aunque sea buena persona, nunca destilará esa bonhomía en los medios de comunicación.
    En cierta medida tiene los apoyos que él mismo se ha ido buscando.
    Un saludo.

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  3. Me la suda la bonomía y lo políticamente correcto. Yo quiero ver gladiadores, no divas.

    A ver si a Vettel, la gilipollez lo salva de sus ridículos. A ver si Hamilton se cayera de ese caballo plateado, si el rap y todo lo guay lo iban a devolver al podio.

    Coincido en que Alonso tiene los apoyos que el mismo se ido ganando. No sé por qué te parece que le va tan mal.

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