Tal y como va la cosa, algún día de estos va a tocar retomar la vieja línea argumental que esbozamos en Nürbu a comienzos de 2017, por la cual, Toto Wolff se desembarazaba de sus acciones en Williams y limpiaba su relación con Valtteri Bottas, tal vez por evitar verse envuelto en la investigación sobre competencia y buenas prácticas en la F1 que estaba a punto de poner en marcha la Comisión Europea, circunstancia que enlazábamos a comienzos de éste, con el declarado interés del austriaco por Force India y Williams como equipos B de Mercedes AMG.
Haya habido tomate o no en todo este merequetén, lo cierto es que ni la de Silverstone ni la de Grove han levantado cabeza en lo que llevamos de año, y eso que sus coches van impulsados por la mejor unidad de potencia de la parrilla, que ya es casualidad que ni por esas hayan sido capaces de sacar la cabeza.
Y bueno, la prensa alemana afirma que Lawrence Stroll ha comprado Force India y hasta que se confirme la noticia como veraz, disponemos de tiempo para pensar cómo los círculos se acaban cerrando.
Estoy seguro de que los habituales de este blog ya lo vais pillando, a los otros, lamentablemente tengo que decirles que otra vez vayan más espabilados, porque en el supuesto de que fuese cierto que Wolff quisiese hacerse con los servicios de la india y la de sir Frank por cuatro perras, tenía que superar un escollo, y es que Williams cotiza en bolsa y eso complicaba la posible adquisición.
El papá millonario de Stroll ya ha dado suficientes muestras estos últimos meses de querer formar parte del Goliath austro-alemán, como para que ahora sobren las palabras.
Force India andaba canina, como era de sobra conocido, y supuestamente ha bastado tirar de talonario para concretar la primera parte del milagro. La segunda, obviamente, surge de la anterior, porque sin Martini para 2019 y sin el apoyo económico de la familia Stroll, el consejo de administración de Williams y sus accionistas, se quedan con una mano delante y otra detrás ante el mercado, que diría mi abuela, y desde luego, al albur de la generosidad de un Michael Douglas cualquiera en su papel en Wall Street, o ya en dulzón, de un Richard Gere en Pretty Woman.
Suena a asedio por hambre y posiblemente lo sea. Dos escuderías que dependían tanto de sus respectivas unidades de potencia, se han visto envueltas en un extraño avatar que no les ha permitido ni tirar para adelante ni para detrás con el nominalmente mejor propulsor, y ante la coyuntura de un negro futuro para ambas, una supuestamente se ha dejado adquirir por el principal sostenedor de la segunda, y ésta, se ha quedado en pelota picada.
Da la sensación de que ha ganado Toto y, además, sin mancharse las manos. Queda concretar en qué queda todo, pero para la de Grove pinta negro zahíno.
Os leo.
Da la sensación de que ha ganado Toto y, además, sin mancharse las manos. Queda concretar en qué queda todo, pero para la de Grove pinta negro zahíno.
Os leo.
Desde hace, creo, unos diez años atrás los equipos grandes varias veces amagaron con un tercer coche. Que sí, que no, que si quedan menos de diez equipos, que si quedan más, finalmente (hasta el momento) fue un "no".
ResponderEliminarFerrari espabilaba a Mercedes con el ingreso de Haas. Pero luego parece ser que el bueno de Gene no era tan obediente y Ferrari mueve hacia Sauber.
Mercedes no se ha querido quedar atrás, supongo. Susie ya no es más piloto Williams, Toto tampoco es accionista. La chequera de Stroll y Sirotkin le ganaron al talento de Kubica; pero así y todo Claire insiste en que "defraudó" a su padre con el manejo del equipo.
Espectadores de lujo quedan los otros dos motoristas: Honda no quiere equipos propios luego de venderle todo su proyecto en un dólar al bueno de Ross. Renault tiene equipo propio pero algo amarrete (no quiere o no puede poner en F1 toda la "pasta" que ponen Mercedes o Ferrari, tal vez porque Renault es empresa pública estatal). Ni uno ni otro buscan "comprar" otro equipo como "escuadra B".