La muerte sólo es el último capítulo de eso que llamamos existencia, y si las recientes noticias que conocíamos sobre Sergio Marchionne no auguraban nada bueno, acabamos de conocer que definitivamente ya no está entre nosotros.
Así las cosas, si resulta complicado despedirse de los amigos, tampoco es plato de buen gusto echar unas letras sobre alguien a quien consideras responsable de las tantas cosas que han afectado a la rossa de hace una década hasta aquí. No obstante, él ha sido el gran arquitecto de lo que supone en la actualidad La Scuderia, y a este aspecto de su vida profesional quiero remitirme para despedirlo.
No voy a ocultar que me habría gustado que esta Ferrari hubiese llegado antes. No pudo ser y así lo he asumido, en todo caso: descansa en paz, Sergio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario