Resulta recurrente que se me recrimine por no meter a Sebastian Vettel en el Top 5 de la máxima categoría del automovilismo deportivo, pero ¿qué número de errores graves se considera aceptable para un piloto Top 5 durante una misma temporada?
Voy más lejos: cuando un conductor es el eje sobre el que pivota toda la actividad de su equipo, incluso justificando que su compañero sea sacrificado en determinadas carreras por el bien de la estrategia global, ¿dónde ponemos la línea que separa un engreído irresponsable de un Top 5?
Hoy por hoy Sebastian es Ferrari en pista. Todo lo alude. Todo lo que hace la rossa está enfocado a que el alemán gane el Mundial de Pilotos. No importa el coste ni el esfuerzo ni los sacrificios. Maranello no puede con Brackley quizás porque ha escogido mal la baraja o porque no confía lo suficiente en sus propias fuerzas, y Vettel es la única esperanza que le queda a la italiana...
No me miréis mal. Hace meses eché la culpa de todo esto a Maurizio Arrivabene y la necesidad que tiene de salvar su precioso culo este año [And the winner is...], pero a todas luces el de Heppenheim no es el tipo adecuado para este propósito ya que sucumbe con una facilidad pasmosa ante la más mínima presión.
La temporada pasada ya tuvimos suficiente, pero se ve que si no queríamos más chocolate en ésta alguien ha pensado que merecemos doble ración. Bakú, Paul Ricard, dos oportunidades de ocho. Toca gestionar y no, Sebastian pierde los nervios, se pone el mundo por montera y rasca algo al final porque Whiting sigue tratándole con un cariño especial, los coches con UP Ferrari casi le ponen alfombra roja a su paso y, para qué engañarnos, porque la Fórmula 1 de 2018 es una competición de dos escuderías y media.
Pero repito: en pista, Vettel es Ferrari, y cuando él la caga estrepitosamente somos Maranello y los tifosi los que lo pagamos, porque coche hay, tanto para ganar con facilidad cuando el viento sopla de espalda, como para gestionar cualquier desventaja y así minimizar los daños. Lo que no hay, nos pongamos como nos pongamos, es cabeza en el habitáculo del monoplaza número 5.
Sebastian es un tetracampeón al que se le presuponen demasiadas cosas. Es un tío rápido a una vuelta, y consistente en carrera cuando el vehículo acompaña. Pero en cuanto las cosas se complican un tanto así, comienza el recital de despropósitos y a Brackley le llueven los regalos. Lo de Francia no tiene un pase. Siendo sincero, creo que es bastante ridículo. Y desde luego, considero que no se corresponde con lo que se puede y debe exigir a un piloto Top 5, menos, si cabe, si su equipo depende exclusivamente de lo que haga él sobre el asfalto.
Os leo.
Amic, ponte en casco y métete dentro de un bunker antinuclear, van a empezar a cañonearte.
ResponderEliminarEso si, cuanta razón tienes.
Saludos
Más claro,agua. Chapeau,maestro¡¡¡
ResponderEliminarFerrari espera que le caiga un campeonato vía despacho. Que le cedan uno, ya que el otro ha ganado tanto... Ahora le toca. Y si no fuese por la prensa inglesa, ya tendría un par.
ResponderEliminarNo era que se iban, que lo dejaban? Qué les ha prometido la organización a cambio?
Vettel no vale para conducción en montonera.
Si, el décimo... Eres un cachondo José. Abrazos ;)
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