Una copita de patxaran

Hay indigestiones pesadas que ni con copita de patxaran se pasan. Que a lo peor es simple mal de estómago, oye, y con una manzanilla...

Sea una cosa u otra, lo cierto es que si la prisa ha venido haciendo estragos entre las filas de los aficionados de unas temporadas a esta parte, en el caso de los periodistas, especialistas y gurúes, avisa que estos se quedan sin pólvora antes del Gran Premio de España porque no es ni medio normal que con dos carreras disputadas se ponga tan tensa la peña que incluso está así de pedir que rueden cabezas.

Vengo tiempo avisando de que incluso nuestros apasionados de cabecera llevan el fútbol en las venas, y empieza a ni extrañarme que la necesidad futbolera de gritar ¡como ya adelantamos! o vaya usted a saber qué otra urgencia del estilo, haya llevado a la prensa y adláteres a abandonar sus soleados campamentos de verano para trasladar sus bases de operaciones a comienzos de abril. ¡Joder, es temprano. Coño, muy temprano!

Sabíamos que Melbourne no era territorio para hacer especulaciones, que hasta Barcelona resultará peligroso hacerlas porque la pretemporada sigue su curso aunque no la notemos. ¿Canadá? ¡Yo no lo haría forastero...! Sinceramente, yo esperaría a ver qué nos depara el mes de julio, pero también entiendo que con lo dura que se ha puesto la competencia y lo caras que están las exclusivas y las audiencias, a más de un gatillo fácil le hayan asaltado las ganas de gritar ¡milagro! o ¡así no podemos seguir! En todo caso, estimo que ni tanto ni tan calvo —ruego que no busquéis connotaciones en esto, por favor.

Es pronto. Además, Pirelli ya ha previsto cambiar las especificaciones de algunas gomas aunque oficialmente sea para tan sólo tres pruebas y, por tanto, no sabemos si lo que funciona mal ahora funcionará bien luego, ni siquiera si esas tres carreras se convertirán en algo más, como desgraciadamente viene siendo costumbre en nuestro deporte. Por si fuera poco, Boullier admitía que en Bahrein ha habido problemas para McLaren y que su solución está pronta, pero oye, como si no queréis hacerle puñetero caso. Luego viene el hombre y se muestra optimista y le dicen que vende humo, y para una vez que suena sincero van y le crucifican porque así no llegamos a ninguna parte y tal.

Dejando aparte los problemas de la prensa y sus propias guerras, lo que tampoco es muy normal es que yo siga dando en el clavo habiendo escrito hace un par de semanas: «Habrán de pasar algunas carreras, acumular cientos de kilómetros y recoger infinidad de datos mientras tanto, antes de que el MCL33 que conducen Stoffel Vandoorne y Fernando Alonso se acerque o colme las previsiones para este año» [McLaren no está para poles].

Será que no soy muy futbolero que digamos o que, en cuanto puedo, prefiero terminar un buen almuerzo con una copita de patxaran. Pero acabar dos carreras de dos, y además puntuando, me sabe a gloria bendita aunque no me anime a tirar cohetes, todavía.

Y nada, que os leo.