¿Y el ADN?

El pasado día 12, cuando leí a mi buen amigo Marcos proponer en su blog que las presentaciones de vehículos se hicieran de forma conjunta el fin de semana previo al tomate de la pretemporada [La presentación conjunta], confieso que me gustó la idea y el planteamiento, pues no hay nada más cómodo que saber cuándo van a suceder las cosas y que a poder ser vengan en el mismo paquete de Amazon, no vaya a ser que el follón te pille con el pie cambiado, la camisa fuera o directamente en calzoncillos o bragas.

Quizás, seguramente, porque ese puto lunes no fue un gran día y los siguientes se comportaron conmigo como bastardos, o porque mis riñones no aguantan los golpes como antaño o porque me hago viejo y también busco la comodidad, no ha sido hasta ayer que he caído en la cuenta de que estamos replicando el chiste de la guerra de Gila: ¿Es el enemigo? Que digo que si podrían cambiar de hora el bombardeo porque a las tres estamos haciendo la siesta...

La mayoría de los que leáis esto ni siquiera sabéis quién era don Miguel más allá de haber visto su nombre labrado en una lápida en algún anuncio de Campofrío, pero no os inquietéis, hoy no me importa.

Sí me preocupa que las necesidades inherentes a ser a todas horas los primeros en Twitter, o a parecerlo entre los amigos y desconocidos, nos esté llevando a hablar constantemente del coño ADN de la Fórmula 1 a cuenta del Halo, las gridgirls o la madre que parió a Peneque, mientras solicitamos a Liberty Media que nos ampare, ponga orden y nos vista de boy scouts a ser posible, porque los equipos siguen portándose como críos a la hora del recreo y presentan sus máquinas cómo y cuándo les sale del pincel.

Pasando por alto que no está el horno como para bollos a la hora de arriesgarse a que el rival te pille una idea, más desde que las limitaciones por mor de la contención del gasto campan a sus anchas en el reglamento, hasta me parece poético que Haas se adelantara y nos pillara a todos esperando a Williams, o que ésta nos hiciera un versionado de don Mariano respondiendo preguntas a la prensa desde un plasma. 

Red Bull ha tirado de Photoshop para enmascarar algunas supuestas virtudes del RB14, a Alfa Romeo Sauber se le escaparon algunos robados, Renault ha podido jugar al escondite y Toro Rosso se ha dejado ver en Misano antes de la fecha prevista. Pues bien, así es nuestro deporte, o pensáis que por cumplir con la hora oficial de la presentación esperando que a los aficionados les satisfaga el caramelo, van a dejar de estar centrados en lo realmente importante.

No os voy a pedir que dejéis de miraros el ombligo, si acaso, que después de quitaros las pelusillas reflexionéis un poco si es tan importante esto de las presentaciones como para estar constantemente dando la murga en redes sociales a cuenta de lo poco serio que parece todo. Da un poquito de pereza repetirlo, pero del primero al último equipo son tahúres profesionales y conviene no olvidarlo. Y además, ¡qué coño!, incluso en formación conjunta y todos a una porque así lo ha mandado Liberty, a las pocas horas descubriríamos que nos han vuelto a dar gato por liebre porque ése es su ADN: jugar al límite incluso con nuestra paciencia, incluso con nuestras ganas de sobresalir en Twitter.

¿Es el enemigo? Que digo que si podrían cambiar de hora el bombardeo porque a las tres estamos haciendo la siesta...

Os leo.