lunes, 15 de enero de 2018

¿Qué fue lo que pasó?


Si alguna vez te has preguntado cómo es posible que sigamos babeando con episodios no tan lejanos de nuestra historia como deporte mientras en la actualidad buscamos infructuosamente que nos ofrezca sensaciones similares a las de antaño, la respuesta es bien sencilla: los coches han crecido por encima de nuestras posibilidades.

Sí, has leído bien: «nuestras posibilidades», no las suyas, porque lo cierto es que los monoplazas podrían seguir creciendo en longitud como han venido haciendo con el transcurso de las temporadas y la aplicación de los sucesivos reglamentos técnicos.

Es curiosa la poca importancia que se ha dado a todo esto cuando en realidad, estre crecimiento ha modelado tanto la forma de conducción de los pilotos como el comportamiento de los coches durante las pruebas.

Bien es verdad que en mi descargo puedo decir que he tratado de hacerla ver en cuanto me ha sido posible, bien tratando de explicar por qué no se puede llamar nenazas a los conductores porque ya no corren sobre agua [«Pon un Dummy en tu vida», o más recientemente «Si sólo fuese el agua»], bien hablando de las virtudes indiscutibles de la torsión longitudinal en la moderna competición [«RB6 Enigma», o más cercanas en el tiempo en «Física en dos viñetas» y «Alerón'09»], bien intentado aclarar qué les pasa a según qué pilotos cuando pierden el coche [Las cosas del conducir], o directamente yendo al grano [La batalla más larga].

Pero como tampoco es cuestión de enredarnos más de la cuenta, dejemos el asunto en que el aumento de tamaño beneficia a los proyectistas y diseñadores por cuanto reduce la cantidad de problemas importantes que tienen que resolver y ello les deja espacio para otro tipo de exploraciones, aunque a cambio, trae consigo embolados que se solucionan mediante electrónica y mapas, suspensiones más o menos activas y mapas, y un amplio abanico de etcéteras y mapas que se podría circunscribir a un sucinto: joder la vida del piloto, que además de conducir, ahora se ve obligado a atender mil cosas más que hace una década.

Estoy sintetizando mucho y lo siento, pero si he encabezado esta entrada con una imagen del Williams de 1977 es porque al final todos los vehículos de competición parecen de similares dimensiones y nada más lejos de la realidad. Han cambiado mucho y con el paso de las sucesivas campañas la importancia del tipo que viaja en el habitáculo ha ido mermando en favor de los ingenieros, y éste es un factor clave para entender ¿qué fue lo que pasó?


Los vehículos de aquella época y posteriores requerían de muchas manos y cabeza al volante porque resultaban nerviosos y debían ser domados una vez se ponían en pista, y esto hacía que los aficionados vibraran con las evoluciones de los hombres que los conducían sobre seco o en mojado. No iban sobre raíles, había que controlarlos de verdad. Siendo sincero, también hacía falta mucha inteligencia para diseñarlos porque los márgenes para evitar meter la pata eran mucho más reducidos... Normal que se nos caiga la baba cuando echamos la vista atrás y los vemos de nuevo.

Termino, no me enredo. Hay claras razones para entender lo que ha sucedido pero no es momento de abundar en ellas. Más arriba podemos ver el logotipo conmemorativo del 40 aniversario de Williams en la Fórmula 1 celebrado en 2017. En silueta opaca azul el FW38 de 2016, en la misma proporción pero calado en blanco, el FW06 de 1977... Sinceramente creo que sobran las palabras: los vehículos han crecido por encima de nuestras posibilidades.

Os leo.

6 comentarios:

  1. Y los circuitos no han crecido en la misma proporción. Estos coches necesitarian de circuitos donde pudiesen alcanzar puntas de 400 km/h. Por eso de distinguir a los hombres de los niños.
    Josete, una pregunta: Crecieron por seguridad, y a partir de ahí se mejoraron rendimientos ?

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  2. Buenas tardes, Enrique ;)

    Básicamente han crecido por las necesidades aerodinámicas.

    Mike Gascoigne decía en 2012 lo siguiente: «Si nos dedicamos a trabajar únicamente en el motor para aumentar la velocidad en un 1%, tal vez nos tome tres o cuatro años y cueste muchísimo, pero si se recurre al túnel de viento podemos tener ese mismo resultado en mucho menos tiempo.»

    Hecha la ley hecha la trampa... la aerodinámica, al final, ni ha resuelto las previsiones ni ha mejorado el espectáculo, pero hoy por hoy se ha hecho imprescindible en la Fórmula 1 :P

    Un abrazote ;)

    Jose

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  3. Mis disculpas, la cita de Gascoigne es de primeros de 2011 ;)

    Jose

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  4. Disculpado!!!
    Si hubiese sido por seguridad, me quedaba sin argumentos... Pero simplemente por aerodinamica... Menudo bluff. Que poca nobleza!!

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  5. Buenas tardes ;)

    Enrique ;) El concepto «seguridad» aplicado a la F1 daría para dos o tres tomos de la enciclopedia Británica en cuanto a excusas XD

    Fleichié ;) Muchas gracias

    Un abrazote

    Jose

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