martes, 16 de enero de 2018

Me gusta Stoffel, ¿pasa algo? [20-05-2017]


Por increíble que parezca, con la que estaba cayendo en McLaren-Honda durante el primer tercio de la temporada había gente que se dedicaba a hacerle las cuentas a Vandoorne en público, como si el belga militase en Red Bull. No convencía, lógicamente, y en MomentoGP me animé a recordar en qué consiste trabajar duro cuando se han desperdiciado los entrenamientos de pretemporada, queda un mundo para remontar el vuelo y sólo se dispone de dos coches para lograrlo.


La historia de Vandoorne en Fórmula 1 es la típica de un gafado, vamos, que la firma Pedro Martínez de la Rosa y en España nadie se sorprende.

Tercer piloto de McLaren-Honda, el belga sustituye a Fernando Alonso tras el accidente del asturiano durante el Gran Premio de Australia 2016 y logra dos semanas después el primer punto para la aventura anglo-japonesa en el Gran Premio de Bahrein. Jenson anuncia que se retira y Ron Dennis confirma que él será su sustituto.

Todo pinta bien, demasiado bien. Pero los poblemas de Honda con su experimento para 2017 se cruzan en su camino como ocurre con el de toda la gente que trabaja para Woking y Sakura, y el de Cortrique se diluye como un azucarillo en un vaso de agua tibia. Aquí pasamos de la luz a la sombra, bien que lo sabéis, y el piloto llamado a complicar la vida a nuestro bicampeón del mundo tiene que trabajar hombro con hombro con el de Oviedo para levantar en pista un proyecto que sin la contribución de los dos jamás sacaría la cabeza…

Como en el caso de Pedro, es sumamente sencillo hablar de mal fario en Fórmula 1. Basta no entender ni media de lo que se cuece más allá de lo que vemos por televisión o desde la grada, para que lo fácil salga a superficie como un corcho y haga de baliza. El pundonor y el trabajo se convierten así en las señas de identidad de los perdedores. Y si en el caso de nuestro barcelonés la cosa resulta sangrante, en el de Stoffel anima a proferir un sonoro ¡manda huevos!

Con la que está cayendo en McLaren-Honda desde que las cosas no salieron como debían en pretemporada, tasar a Vandoorne por sus resultados en el puñado de carreras que llevamos a cuestas supone un completo sindiós.

Vandoorne, como Alonso, está involucrado al ciento por ciento en sacar adelante el MCL32, y no hay milagros porque sencillamente no puede haberlos. Tanto la británica como la japonesa están diversificando sus respectivos programas de trabajo en cada prueba, en aras de recuperar un tiempo que se perdió inútilmente en febrero y marzo pasados, y disculpadme que os lo diga sin paños tibios: Stoffel es tan imprescindible en este asunto como Fernando.

No disputará la Indy 500. Su labor, de momento, es de hormiguita currela. Pero llegarán tiempos mejores, entre otras cosas porque el belga se está dejando el alma en que lleguen más pronto que tarde, sacrificando entretanto, los números, las luces de los focos y su buen nombre, y aceptando que haya por ahí quien lo tase a la baja en la actualidad porque los resultados no acompañan.

Vandoorne pertenece al selecto grupo de pilotos que me gustan. Acepta lo que le corresponde y arrea con ello como si le resbalara la espalda lo que digan de él. Está donde toca y asume sin rechistar cada ración de aceite de ricino que le dispensan los que siempre muestran prisas en público. Prisas por certificar que lo vieron antes que nadie. Prisas por cantar ¡ya lo dije! Prisas, en definitiva, que tienen muy poquito que ver con la auténtica cultura de la Fórmula 1, con Vandoorne mismo, un vino que necesita oxigenarse y sobre todo, disponer de un coche que le permita demostrar lo que lleva dentro…

A mí me gusta Stoffel. También me gustaba Pedro. En líneas generales tengo tendencia por los tipos que se dejan el pellejo levantando proyectos. ¿Pasa algo?

Os leo.

2 comentarios:

  1. Con esto del impasse intertemporadas, había leído Stroll. Stroll. Y estaba buscando una piedra pómez para afilar el cuchillo jamonero y así recortarme las venas. ¡Qué susto!

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  2. Buenas tardes ;)

    Ja,ja,ja,ja!! Todavía no le veo yo al canadiense algo a lo que agarrarse, pero todo es ponerse a esperar y ver si reacciona, que a lo mejor lo hace :P

    Un abrazote

    Jose

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