El querubín nórdico no se encontraba cómodo en Sochi, pero allí estaban Minttu y Robin, y él, haciendo las cosas a su manera.
Arrivabene le afeaba ayer viniendo a decir que después del Safety Car, Ferrari esperaba más de Raikkonen, pero hay que comprender al de Marlboro: no debió ver con qué soltura, Hamilton le quitó las pegatinas al SF16-H número 7; no asimiló a tiempo que sin Vettel, La Scuderia puede y debe sobrevivir; el pobrecico no entendía todavía lo que dejé escrito el jueves pasado: Kimi está perfectamente capacitado para resolver la ecuación que plantea una religión sin mesías, porque su frialdad es un activo que hoy más que nunca, habría que explotar cuando se tienen dos dedos de frente e incluso cuando no se tienen, ya me entendéis.
A mi rossa no la cambia nadie. Imperfecta, endemoniada, presa a perpetuidad de sus errores, de sus palabras y sus prisas, Ferrari es Ferrari precisamente porque a lo largo de su historia ha sido capaz de levantarse apoyándose en propuestas como las que llevan bajo el brazo ese padre que se divierte en pista aunque no se encuentre cómodo, mientras su chavalín duerme la siesta y su pareja busca molestar lo mínimo, ni siquiera ante las cámaras, en el santuario de quita y pon que lleva la de Maranello a los circuitos.
Si estuviera Il Drake entre nosotros ya sabría a estas horas a qué carta jugar, pero vivimos los tiempos en que a un tipo como Maurizio hay que darle dos veces en el mismo carrillo para que se entere por dónde vienen los tiros. De momento, Kimi, incómodo sobre un coche diseñado para Vettel, lleva los mismos podios que el alemán pero 10 puntos de ventaja sobre éste, que podrían ser más de no haber sucedido que en China, Sebastian impidiera a Kimi llegar más arriba que el quinto puesto.
Lo dejé escrito hace unos días [El método Maurizio]: «Va a estar bonita la cosa en el seno de Ferrari a
partir de Rusia. Si llegan las novedades prometidas y cumplen con lo
esperado, es muy posible que Kimi se adapte a ellas mejor que Sebastian
porque asume mejor la presión, lo que nos pone en que el método Maurizio
de colocar insistentemente una zanahoria ante la cara del de Espoo,
puede suponer a la postre la única salida que le quede a la de Il Cavallino a la hora de salvar los muebles en 2016.»
Kimi se ha adaptado. Incómodo y todo, salió ayer como una centella y gestionó adecuadamente, a mi humilde modo de ver, una carrera que se puso cuesta arriba en cuanto Lewis encontró sus pilas. El cuidado de las gomas son su fuerte, y las cuidó en un coche que no está hecho para él, y terminó tercero, poniendo a la rossa por cuarta vez en el podio en las cuatro pruebas que llevamos.
No es el mesías. Nadie le ha invitado a interpretar ese papel, pero como hiciera en 2007 y 2008, Iceman es todo Scuderia... de momento, porque como Arrivabene siga haciendo el gilipuertas, a lo peor la décima que se perdió ayer en la arena no la encuentra ni la madre que la parió, pues bien podría ser que por miopía o por soberbia, Maurizio se cargue la única posibilidad que nos queda a los tifosi de seguir soñando hasta final de temporada.
Apenas quedan tokens, pero aún nos queda Kimi.
Os leo.
Según parece el año pasado Ferrari era un vivero de margaritas, toda paz, amor, buen rollo y muchas sonrisas, lo que unido a las 3 victorias hizo que subieran las expectativas hasta llegar a plantearse asaltar el título este año.
ResponderEliminarPues bien, ya estamos en 2016 y no solo tienen menos puntos de los que llevaban el año pasado en la 4ª carrera y ninguna victoria sino que además parece que Ferrari sea una olla a presión apunto de implosionar a causa de las propias expectativas generadas. El mejor indicador de ello es la conducta de Vettel, que el año pasado y estos años de dominio de Red Bull parecía un chico adorable y encantador con una sonrisa en la cara, pero que en 2014 y lo que llevamos de este año ha demostrado que cuando las cosas se tuercen pone cara de perro como el que más. Para muestra la forma de perder los papeles en china con Kyvat (que para mi no hizo nada malo), o las formas de los mensajes de radio en Rusia donde había más pitidos que palabras legibles.
En fin, estoy de acuerdo en que en ese ambiente de tensión, donde el buen rollo y la alegría del año pasado son historia se necesitan de la famosa sangre fría de Iceman, porqué está claro que Vettel tenía motivos para estar enfadado, pero su reacción fue más propia de un adolescente como Verstappen que de un señor tetracampeón veterano de la F1, que yo recuerde cuando Grosjean se cepilló media parrilla en la 1ª curva de Belgica 2012 nadie reaccionó así con el francés, y eso que su conducción se demostró que era peligrosa y le costó una carrera de suspensión.
Saludos.
Quisiera agregar una nota de color acerca del incidente en la salida de Bélgica 2012: busquen el on-board de Hamilton y verán que después de ser chocado por Grosjean, el inglés queda montado sobre el Lotus y no para de acelerar... recién se desprenden en La Source, con el auto del francés convertido en un proyectil.
ResponderEliminarSolo para reflexionar. La temporada pasada ya querian que la rossa jubilara a Kimi y ahora se le ve como el unico capaz de llevar a buen puerto a Ferrari.
ResponderEliminarPienso que ni lo uno ni lo otro, mas bien veo a Vettel como el indicado, dejemosle al tiempo para ver donde queda cada uno.
OLO
No confundamos, el SF16T es un monoplaza adaptado al estilo de Kimi, sin duda es el piloto mas beneficiado de la nueva configuración delantera.
ResponderEliminarEl finlandés lo está haciendo genial, lleva una puntuación media sobre carreras terminadas de mas de 14 puntos, es decir media de 3º solo superado por Nico y Seb.
Joer, Josetxu. Dices de Maurizio, pero a ti sí que te gusta poner la zanahoria buscando irresponsables que alcancen a morderla. ¿O es un anzuelo?
ResponderEliminar;)
Saludos!!
La verdad es que no hay con qué hacerle frente a Mercedes. Kimi hizo lo que tenía que hacer pero Mercedes es intratable. No hay nada más que decir. Y si, ahora que Vettel anda en modo 2014 puede que Kimi sea la salvación de la de Maranello como en su momento fue Ricciardo en Red Bull. Amanecerá y veremos.
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