Siempre me ha intrigado cómo el juramento hipocrático podía dar lugar a identidades cuanto menos sospechosas en eso de la honestidad profesional. Confieso que he tenido suerte con los galenos que me han cuidado o han cuidado de los míos. Don Isidoro cuando yo era un crío. Isaac con mi hijo y su asma. Fernando y mis caries. Carmen y Cata, Magdalena y mi madre... María y sus buenos consejos con Nacho y Midori...
Tengo una hermana médico, un cuñado médico aunque ya jubilado, y un puñado de amigos médicos también, de familia o especialistas: Víctor, Santi, José Luis, Jero, José Antonio, José Andrés, Alberto, Javi... Buena gente que ha logrado que la medicina no me resulte tan áspera como al común de los mortales, precisamente porque todos ellos empapan con su humanidad una profesión que da más arena que cal en eso de cuidar de sus pacientes, quizás, en su caso, porque ya eran buenas personas de antes y juraron después seguir siéndolo.
En este sentido, Gary Hartstein me ha encandilado desde que prácticamente lo conocí.
Honesto y claro. Puede que equivocado algunas veces, no lo sé ni me importa, pero honesto y nítido siempre. Incluso cuando ha tenido que poner los puntos sobre las íes, con la seguridad en la Fórmula 1, con la FIA, con Schumacher, con Bianchi.
Doc Hartstein abjuraba recientemente de nuestro deporte, como aficionado, se entiende, pero si tuviera que sintetizar los ocho años que llevo en esto, que van para nueve, firmaría debajo de cada una de las palabras que vertió en su comunicado de hace unos días [It’s not you, it’s me...].
Es una perspectiva de alguien que sabe, respetable de comienzo a fin, aunque algunos digan de él que es un resentido.
Pediré una segunda opinión por si acaso, aunque juraría que no hará falta porque intuyo que Gary no nos ha mentido, salvo quizás, en eso de que no volverá a ver Fórmula 1... Lleva el deporte en las venas, como la honestidad y el llamar pan al pan y vino al vino.
Juró aquello de «Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas...», y eso, viniendo de él me basta.
Juró aquello de «Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas...», y eso, viniendo de él me basta.
Os leo.
pero es que se rien de nsotors. nos venden una f1 que no es, y por dios lo que el expone de quitarlo del frente de los jefes medicos para colocar a un sr. que apenas habia estado en unas cuanta carreras y como espectador, es pasar por encima de sus años de experiencia. es menospreciar su labor.. de verdad yo apoyo a este señpor enc ad auna de sus palabras escritas, la f1 es lo que no deberia ser.. algo esta mal enfocado, quizas bien motor, bien aero, pero eso de no pruebas, limite de gas,, neumaticos con caducidad programada y un sin fin de cosas que no deben ser es lo que la mata.
ResponderEliminarCarlos Ollarves - Venezuela