No pretendía escribir. Se me amontonan las cosillas sobre las que quería hacerlo ayer, anteayer o hace dos días o una semana, pero hoy mi cuerpo anda de nones y he estado a punto de hacerle caso. Y en esto estaba cuando he recordado a mi suegra acusándome de tener libros que no he leído y me he dicho que ahora o nunca, que es mejor coger el toro por los cuernos cuando viene cabronzuelo ya que hacerlo cuando llega dócil, no tiene puñetera gracia.
A los viejos del lugar les sonará aquella estapa de este blog en la que tras jornadas y jornadas de silencio, suturaba los huecos colgando entradas con fechas de publicación que rara vez pillaba el RSS. Confesé el ardid —¿por qué no iba a hacerlo?—. Apuntaba mis intenciones cuando se me ocurrían, bien en servilletas o en mi cuadernillo de hule, las databa y esperaba después a que los astros, en una o dos de sus habituales carambolas, me dejaran ponerlas en negro sobre blanco. Aquí paz y allá gloria, que diría aquél...
También confesé que abandonaba la rutina y me entregaba en cuerpo y alma a esos avatares del destino que dejan huella en un sitio tan expuesto como este, y dejé escrito que aquí sois tan imprescindibles como yo. Quizás más que yo, sería cuestión de verlo...
Van pasando los años y llevar a cuestas todo este tinglado se me hace cada vez más pesado. La corrección del libro me ocupa más tiempo del que desearía. Yo, que era tan rápido escribiendo...
El abandono de mi hermano Julián sigue haciendo mella y aunque cada vez le lloro menos y lo extraño más, los quehaceres diarios me van enfocando a pesar de que he dejado el tabaco y este martes pasado se cumplían siete años desde que cerré definitivamente los ojos a mi padre. Y recordando quiero dejar de recordar porque vales lo que tu última batalla y acumulo un rosario de derrotas que merecen siquiera el esfuerzo de intentar sacar la cabeza un viernes cualquiera, tal que hoy mismo a estas horas, cuando los gatos de Gorliz miran a la luna en su cuarto creciente, prestos a comenzar a maullar porque la existencia y sus servidumbres aprietan.
Y sí. He renunciado a mullirme en el desepero y el cansancio para echar unas líneas cuando no sentía ganas de hacerlo. Es hora de lobos, de ronda y capa con que embozarse bajo las sombras del ala del sombrero. Es hora de vizcaína y toledana, de jugarse los cuartos y la vida a primera sangre o a sangre entera, de entonar poemas a la noche cerrada porque mañana en clasificación, comenzará una guerra que no me perdería ni por todo el oro del mundo.
El Gran Premio de Malasia apenas ha dado comienzo pero algo nuevo vibra en el aire. Tal vez sean esos McLaren que han mejorado desde Melbourne o esos libros que dice mi suegra que no he tenido tiempo de leer. Pero ha llegado Fernando y dice Antonio Lobato que el domingo, nuestro asturiano las pasará putas porque sufrirá lo suyo con las banderas azules...
Venga, nadie tiene cojones de decirlo pero para eso estoy yo. Ni una, Alonso termina en la misma vuelta que Hamilton y Rosberg. Me juego una ronda de birras. ¡Puxa!
Os leo.
Que grande eres! Subo la apuesta, veo tu ronda y añado la mía! Que cojones!
ResponderEliminarEn peores plazas hemos toreado!
Jose
Acepto la apuesta
ResponderEliminarUn saludo
Sr. Polyphenol
Y recuerda que por muy difícil que se pongan las cosas, por muy cerrada que sea la noche, siempre acudimos a la ayuda de los camaradas. Cosas de nuestra condición.
ResponderEliminarOtro saludo
Sr. Polyphenol
aAnte una puesta como esa da igual que piense lo mismo o lo contrario, la acepto simplemente por qué sería un placer tomarlas juntos charlando de formula 1, de todo lo humano, de lo que se nos antoja divino y de aquello que nos deshumaniza. De esas puñaladas traperas que nos pega la vida, sin dejarnos siquiera desenvainar, y del descanso y el consuelo que encontramos en los que nos quieren. Por ellos luchamos. Bueno, por ellos y por que somos unos cabezotas ¿que se le va a hacer? ;)
ResponderEliminarNo estás solo, corazón grande. Puedes tomarte todos los descansos que necesites. Nadie te los va a apuntar en el deve, salvo, acaso, tú mismo.
Un abrazo, amigo.
Con un par de mejillones... ;)
ResponderEliminarEn una vuelta de 100 segundos, si pierdes 2 segundos por vuelta, en 50 vueltas te pillan los punteros...
ResponderEliminarLas matemáticas no dan, así que voy contigo!
Un saludo desde el Coño Sur
Que más la posición si se consiguió con gloria !!!
ResponderEliminarMínimo le doblan una vez, si el coche aguanta, así que... Ni por los cojones. Me apunto al entusiasmo y NO, no lo van a doblar. Al menos los Mercedes, ja ja ja.
ResponderEliminarUn abrazo, Jose. Y ánimo. Y gracias siempre.
ABB
Josetxu, ¿estás insinuando que en la primera curva hay una carambola en la que Hamilton y Rosberg salen tocados? ¿que habrá un Safety Car de 30 vueltas? ¿que habrá un diluvio malayo?
ResponderEliminar¡Vaya! También acertaste esta. No acabaron doblados XDDDDD ;)
ResponderEliminar¡Un abrazote!