¡Quillos, que se nota!

Permitidme que me tome lo que sucede con abundante sentido del humor. La obligación de cerrar el grifo en cuanto a combustible se refiere estará vigente en China, dentro de dos semanas para más señas, con lo cual, creo que estoy en mi perfecto derecho de poner en cautela las hazañas de los pretendientes al trono durante la clasificación del Gran Premio de Malasia.

Hoy tampoco estaban los Red Bull ni los Williams, y si ya hay quien acierta a entrever que los pilotos de Grove son poco menos que dos maderos, a mi me gusta tomar el vermú sabiendo que he dicho lo que pienso. Y es que en todo esto que está ocurriendo hay tela, mucha tela que cortar.

No es normal, por ejemplo, que Toto Wolff parezca Sandro Rey acertando a la primera que Ferrari podía pillar a Mercedes AMG cuando desde Maranello se proponía 2015 como un año de tránsito, en el que con suerte se podía optar a dos victorias y siempre a partir del verano, ya que las mejoras no llegarán hasta el Gran Premio de España, Dios mediante.

Tampoco es normal que parezca yo el astro de los videntes de madrugada, pronosticando con dos días de antelación la suavecita interpretación de Rosberg en esta prueba [Imprimi potest]: «Lewis sigue sin estampar su firma en la prórroga del contrato que lo vincula a la anglo-germana, lo que nos pone en que este fin de semana, Nico, volverá a mostrarse de nuevo algo más blandito que de costumbre.»

Pero esto es precisamente lo que ha ocurrido hoy. Toto y yo hemos acertado, y si en mi caso debería ser raro de cojones, en el del jefe de la escudería de Brackley no lo resulta tanto porque en el fondo, él tiene la llave de los milagros.

La superioridad mostrada en pretemporada y en la primera carrera del año por la de la estrella de tres puntas no se ha podido desvanecer como por arte de magia en un par de semanas, salvo que la estés gestionando a conveniencia. Ahí sí, ahí empiezan a encajar todas las piezas, incluso las reiteradas sospechas de Felipe Massa al respecto de que la unidad de potencia que monta Williams podría no ser similar a la que usa Mercedes AMG.

Esta teoría no es mía. La acuñaron aquellos que me suelen tildar de rey de las conspiraciones cuando en el Gran Premio de Austria del año pasado, entendieron que Brackley estaba favoreciendo a Grove para mantener a raya a sus rivales. Bien, aceptando este argumento promovido por gentes sobre cuyas opiniones no hay sombra de duda, entiendo también que haciendo flaquear a Williams se podría estar abriendo un espacio para que pareciera que hay más competencia, algo en lo que estarían de acuerdo Toto y Bernie, y en desacuerdo frontal, mi Felipe, of course!

Toda vez que Red Bull se ha descartado sola, sin la de Claire en el mapa, nos queda obviamente Ferrari. 

Vaya por delante que como tifoso me alegro de ver a Sebastian haciendo compañía a Lewis en la primera línea de la parrilla. Y aunque no me guste el tinte que está adquiriendo esta recuperación de la italiana, no puedo por menos que sentirme feliz de haber visto con mucha más antelación que lo de Nico, que el de Heppenheim acertaba diciendo adiós a Milton Keynes [No más fobias razonadas]: «Ni yo, que paso ahí fuera por ser el azote personal del campeón alemán, me atrevería a negar que Sebastian ha sido extremadamente inteligente aceptando la mano que le ha tendido La Scuderia para sustituir a Fernando.»

Dicho lo cual, se comenta que Bernie fue quien movió los hilos para que el tetracampeón terminara en manos de Marchionne y su gente, a cambio, claro está, de una generosa participación. También es sabido que el patrón británico estaba en desacuerdo con una posible réplica del terremoto que afectó al deporte en 2014: «Lo que tendríamos que haber hecho es congelar el motor Mercedes y dejar a todos los demás hacer lo que quisieran para poder alcanzarlos. Tenemos que apoyar a la FIA para hacer cambios» y «Ellos sabían un poco más de la unidad de potencia porque la gente de Mercedes mantenía un estrecho contacto con la FIA para definir el concepto de este motor.»

Paro. Bernie alababa ayer mismo a Lewis Hamilton: «Es el mejor campeón del mundo que hemos tenido», Toto acertaba de plano con la recuperación de Ferrari, pero yo no soy Sandro Rey aunque ya os puedo ir aventurando que todo esto es bueno para el negocio aunque agradecería que se notara menos, carajo.

Me voy a por mi bien merecido vermú. Os leo.