What's new Pussycat

Aquí arriba, Prostvuelve y yo cogiditos de la mano, soñando tal vez con que Joaquín (Jo) Ramírez no llevara razón al denominar «estanque de pirañas» a la Fórmula 1; anhelando quizá, que cualquier pasado por malo que fuera, no resulte al cabo mejor que la actualidad que nos toca meternos entre pecho y espalda.

Los british media vuelven a la carga, como la generosa walkiria que ejercía de ariete en los previos de la carrera de karts que integraba el metraje de una de las comedias más fabulosas que recuerdo, What's new Pussycat.

La gendarmerie, psiquiatras, psicología, psiconanálisis, funerales vikingos, Peter Sellers, Romy Schneider, Peter O'Toole, Capucine, la ínclita guerrera aludida y su esposo, Woody Allen, incluso Tom Jones en la banda sonora. El mundo era perfecto, sólo faltaba beberlo en clave de chirigota para lo cual, el humor británico se las pintaba solo para teñir de irreverencia lo cotidiano...

Diversión y espectáculo en estado puro, qué os voy a contar...

Pues bien, mientras los italian media se toman a choteo la presencia de Sebastian en Ferrari —hay que tenerlos cuadrados para besuquear tanto al ídolo medio mediático por centímetro cuadrado—, los british media han decidido olvidar que McLaren lleva la de Dios es Cristo sin comerse un colín (lo de 2008 vale lo que una perra gorda de las de antes del diluvio, o de cuando los zapateros reparaban paraguas), para comenzar a sembrar dudas sobre lo mencionado hoy por Fernando Alonso.

No entiendo muy bien qué parte del todo no comprende esta peña. Si Woking echaba las culpas a su piloto por haber perdido el gobierno de su vehículo debido a una racha de viento, si Ron pedía disculpas por haber dicho lo que no había querido decir, era de recibo esperar que Alonso haya salido por donde literalmente ha podido.

Rasgarse las vestiduras ahora, preguntar sobre quién miente, supone ni más ni menos tomarnos por idiotas. Nadie va a contar la verdad sobre lo sucedido en Montmeló. No hay vídeos porque se ha querido así, ya que se grabaron. La FIA ha entrado a investigar de oficio porque hubo mandanga y no nos lo han contado. McLaren mintió o se equivocó, que tanto da. Luis García Abad cometió pecado porque no sabía por dónde le daba el aire...

Mal por todos. Por uno y otro bando. Pero que no toquen al flanco más débil del invento porque me levanto en armas.

Es al Nano a quien se le ha dejado bajo el autobús (con lo bonito que queda el castizo a los pies de los caballos). Su escudería ha hecho los deberes fatal y su entorno, posiblemente igual de mal. Pero a un tipo al que le dejas que responda 29 preguntas cuando el resto de participantes en la rueda de prensa a lo sumo le han tocado 2, me lo respetas o te atienes a las consecuencias.

Es pronto para tomar posiciones y seguramente el lunes próximo se nos haya pasado el calentón, pero McLaren necesita imperiosamente resucitar de sus infinitos años de sequía y atacar gratuitamente al único tipo que puede lograrlo, no parece la mejor de las ideas.

No pido besos ni baboseos como los que recibe Vettel en Maranello, pero sí un mínimo de cordura, cabrones.

Os leo.