No estoy muy seguro de que a Bernie le mole que Lewis prefiera seguir llevando el número 44 como dorsal, en vez del 1 que le corresponde como actual campeón del mundo.
Quizás este sea el resultado más lógico ante una de las habituales chorradas de la FIA, de las tantas que nos propone año a año, pero el caso es que los pilotos podían elegir distintivo numérico estable a partir de 2014 y al vencedor del título, se le arrogaba la potestad de tomar prestado el 1 o seguir con el puesto. Pues bien, a Hamilton le ha dado por continuar con el 44 que le ha distinguido esta pasada temporada.
Si la elección de dorsales, se decía, tenía que ver con la sensación de suerte o la querencia, además de por los huecos dejados por los rivales en la serie del 2 hasta el 99, no veo mal que Lewis apueste por el que le ha ayudado a conseguir su segunda corona. Es legal y está ajustado a normativa. Y es que aunque haya quien ya se está rasgando las vestiduras por la verónica que hace el británico al desestimar el número que más se adora en la parrilla, lo cierto, se mire como se mire, es que las autoridades deportivas deberían haber pensado en ello antes de dar trámite al asunto.
Sea como fuere, desde 1994 no ocurría tal cosa como la que veremos en 2015.
Veintiún años de diferencia, ahí es nada, aunque por diferentes razones. Alain Prost vino de su año sabático, vio y venció en 1993, como Julio César en las Galias, pero luego se retiró, como es de sobra conocido, de forma que por respeto al 1 y a lo que ha significado siempre, la FIA permitió a Williams, la campeona del mundo de aquella temporada, que vistiera sus coches para el año siguiente con los dorsales 0 (Damon Hill) y 2 (Ayrton Senna, y David Coulthard tras la triste desaparición del brasileño).
Obviamente no estamos ante la misma situación. Una cosa es que el número 1 quede vacante y nadie pueda defenderlo, y otra bien distinta, que quien pudiendo defenderlo decida no hacerlo, como es el caso que nos ocupa porque Lewis Hamilton, siendo titular del 1, haciendo uso de sus atribuciones, usará el 44 durante 2015 salvo que Bernie dé un golpe sobre la mesa y le convenza de todo lo contrario, cosa que honestamente, creo que no es tan descabellada como parece.
Y es que a ver, la bruja de Blancanieves tiene un serio problema con este tema, porque una cosa es que la afición, así en general, esté acostumbrada a asimilar los cambios a la velocidad del rayo y otra bien distinta, estos sustos.
Está por ahí lo de las motos, por ejemplo, pero a Bernie le produce escozores que comparen su patio de recreo con el mundo de las dos ruedas; y también tenemos el peliagudo asunto de cómo explicar a la cantidad de legos en la materia que se van sumando a todo esto por llevar la Fórmula 1 donde no la conoce ni Dios, que el campeón del mundo no tiene por qué vestir el número 1 cuando ha sido así siempre.
Para colmo, al target del británico, los setentones, tan conservadores ellos, lo van a tener crudo para entender el rechazo de Hamilton mientras se compran un Rolex...
Tal vez me equivoque como en tantas otras cosas, pero doy por seguro que para 2016 se cambiará la normativa y por imperativo legal llevará el numero 1 como dorsal, aquél a quien le corresponda. Pero en 2015 no va a ser así.
Lewis es un tipo excéntrico. Se corta el pelo a lo mohicano y lleva cadena de oro al cuello, y la va a liar parda porque cuando un pagafantas mire la historia de nuestro deporte y vea la cantidad de gente que ha llevado con orgullo el bendito dígito, pensará inmediatamente que el 1 es el número de la suerte en Fórmula 1, cuando los viejos del lugar sabemos que no es así, ya que es el dorsal que siempre ha distinguido a los mejores, al menos hasta que ha llegado el 44 para reemplazarlo.
Lewis es un tipo excéntrico. Se corta el pelo a lo mohicano y lleva cadena de oro al cuello, y la va a liar parda porque cuando un pagafantas mire la historia de nuestro deporte y vea la cantidad de gente que ha llevado con orgullo el bendito dígito, pensará inmediatamente que el 1 es el número de la suerte en Fórmula 1, cuando los viejos del lugar sabemos que no es así, ya que es el dorsal que siempre ha distinguido a los mejores, al menos hasta que ha llegado el 44 para reemplazarlo.
Os leo.
Personalmente me gustaría que Hamilton llevara el número 1 ya que se lo ganó en la pista a Rosberg pero creo que si lo pensamos bien el verdadero número 1 en la Fórmula 1 es...(no, Alonso no jajaja) es Bernie!!! por supuesto, ya que el es quien por desgracia reparte mandanga a diestro y siniestro y a su antojo, por eso seguro que ve con agrado que Lewis conserve el 44.
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