Lo que diga Giorgio

Bienvenidos al norte, pililas! Bueno, también saludo a las damas y a los caballeros, y a esa gentecilla que la tiene pequeña y anda levantisca desde que Fernando hiciera no sé qué que originó horas después, que Sebastian diera un paso del que podría estar arrepintiéndose a estas horas.

Y no lo digo por nada, salvo acaso porque la presión que sufre un piloto de Ferrari quintuplica la media, y el alemán no se ha destacado precisamente por sobrellevar bien estas cosas. 

En fin, que tampoco quiero comprometer mi buena relación con los vettelistas que acostumbran a invitarme a un vermú en Gorliz mientras me atizan con aquello de ¡cómo te pasas! o ¡Alonso, qué. El año que viene...?, pero no se puede negar que el de Heppenheim ha dejado estampas irrepetibles a su paso, que son eso, cosas que no le volverán a suceder en Ferrari, por ejemplo.

Al respecto manda un poco de narices que todo el lío que se montara el año pasado en Hungría porque el Nano supuestamente pedía un Red Bull por su cumpleaños, y Montezemolo le llamaba supuestamente al orden porque la famiglia es la famiglia, haya concluido meses después precisamente con don Luca saliendo poco menos que por la puerta de atrás y Maranello, comprando medio Milton Keynes para que el recambio se sienta como en casa.

Y es que Fernando se va de la italiana, pero a diferencia de lo que le sucede al tetracampeón del mundo en la actualidad, que oficialmente ha sido apartado de todo ámbito de decisiones sobre el RB11; del asturiano no se ha afirmado nada de que no trabaje a pleno rendimiento en el secreto proyecto de James Allison —con lo sencillo que habría resultado insinuarlo siquiera—. ¿Lo entienden ustedes? Pues es bien sencillo, Fernando está cumpliendo su palabra de que hará lo mejor para La Scuderia, mientras que al tudesco me temo que le va a tocar bailar con la más fea porque su estilo de conducción suyo y de Oviedo, son peculiarmente diferentes.

Por la parte que me toca, que por bipolar es también algo más amplia y tendente al yerro, me felicito ante el futuro de Ferrari con un multicampeón del mundo al volante de uno de sus coches. Pero si os soy sincero, al menos por lo que pueda pasar, el año que viene me pido a Raikkonen.

Total, que como dicen por ahí que genero contenidos generalistas en vez de hablar de sustanssia, tornillos, que diría el vulgo, haré bueno aquello que comentaba Iceman sobre su coche cuando militaba en McLaren (¡lo que diga Pedro!), y me acojo a sagrado para enarbolar el bendito ¡lo que digan Giorgio Piola o Craig Scarborough!

Peor no nos va a ir, ni mejor, ni a buen seguro no sé, que esto es un sinvivir, pero lo que es fijo en la quiniela es que Sebastian no se vuelve a arrodillar ante un coche en su puñetera vida, al menos como hiciera hace un año al emparejarse a Alain Prost en títulos.

¡Buenas noches, pililas y demás! Os leo.