Luna rossa

No has conseguido pararlos, necio. Quisiste evitar el ruido que tú mismo habías provocado cuando hace un año saliste al paso del único individuo sobre la Tierra que te ha dicho lo que piensa de tus autos, y hoy es el día en que sabiendo que no tienes agallas para neutralizarlo con tus propias manos, te salen aprendices de hechicero de entre los zapatos cardenalicios para hacerte el trabajo sucio.

Esta guerra la tienes perdida, entre otras cosas porque no te llamas Enzo. 

Todo esto que está sucediendo huele a la sacristía en que has convertido la trastienda de una escudería a la que le debes todo. Mantuviste a Felipe cuando Il Cavallino necesitaba guerreros y le despediste afirmando que era un auténtico hombre Ferrari, pero solo cuando te creíste seguro pensando en que Kimi te iba a servir para mullir al asturiano que te ha sacado las castañas del fuego durante cuatro años consecutivos. Ese en quien piensas día y noche no estaba en aquella chanza de Mugello, pero estaba allí, ya me entiendes, recordándote que no has sido capaz de doblegarlo jamás porque él si es un piloto al que querría Enzo conduciendo uno de sus monoplazas, exigiendo más y más en cada vuelta, tirando de la escuadra cuando en tus delirios la habías dejado completamente vacía.

Le reíais las gracias a Sebastian, aplaudíais a Red Bull y os dejábais bajar los pantalones tolerando que Massa corriera para sí mismo mientras se os llenaba la boca con la palabra equipo, afirmando a quien quisiera escucharos que el equipo es antes que nadie en Maranello, que sois una cultura familiar donde no caben más personalidades que la tuya. 

Pero Kimi empezó a enseñar su peor cara y sacrificaste a Stefano porque la jugada te estaba saliendo mal, y trajiste a Marco para que pusiera orden, pero lamentablemente, Mattiacci quiere al tipo del que reniegas tú, el que te hace sombra y quien muestra en cada carrera que ese escudo que brilla en tu ropa necesita ser defendido metro a metro, curva a curva, para seguir significando algo. Pero ahora él tiene la sartén por el mango, puja al alza y tan solo pretende imponer sus condiciones como las impusiste tú, ya que sencillamente no te cree de las tantas veces que le has dejado solo, frente a la FIA, frente a la debilidad de La Scuderia, frente a sus peores monoplazas y lo peor, frente a los tifosi...

¿Dónde está la meravigliosa creatura que iba a amanecer en el Gilles Villeneuve de Montreal. Dónde la remontada de verano, Luca?

Lo debes tener muy jodido cuando cuatro impresentables entre los que no entiendo todavía cómo estaba un Mauro que parecía un pulpo en un garaje, decidieron un día echarte una mano encalomando a Fernando los pobres resultados de estos último años y comparándolo precisamente con Michael, quien fue jubilado en los circuitos por el de Oviedo.

Se te está yendo de las manos porque pudiendo parar todo esto, sé perfectamente que de nuevo no harás nada, otra vez, como de costumbre, y que sacrificarás por tu buen nombre al mejor piloto de la década, un hombre que debería haber conseguido cuatro títulos bajo tu mando y lo que es peor, a una Ferrari a la que, seamos sinceros, hace tiempo que le sobran tus buenos modales y tu estúpido sentido de las formas.