Pudiendo ir despacio, ¿pa'qué correr?

Son días de abundante trabajo y como en los viejos tiempos, aprovecho los momentos de inevitable receso para chascarrillear un poco sobre Fórmula 1 por la red, porque para qué voy a ocultarlo, ya voy teniendo ganas de que los pilotos y sus máquinas comiencen a disparar sobre los circuitos, algo más que balas de fogueo.

En fin, a lo que iba, que en uno de mis intermedios que os contaba he dado con una noticia en la que Tony Fernandes se pone «fisno» y clava a Heikki Kovalainen en el corcho de las mariposas, diciendo que el piloto finlandés no estuvo a la altura de las expectativas Caterham cuando sustituyó a Kimi en Lotus.

La cosa viene de que el jefazo de la escudería malasia afirmó el año pasado que Kova era un firme candidato para ocupar uno de los asientos de sus coches, y ha pasado, sospecho, porque algún periodista temerario le ha preguntado a bocajarro aquello de si persisten los problemas económicos en Caterham. Total, que el bueno de Tony, sigo sospechando, no ha tenido mejor ocurrencia que desterrar la sensación de que se ha contratado a Kamui y a Marcus por la tela, recurriendo al manido asunto de que tal conductor o tal otro, no ha cumplido esas expectativas que en el interior del paddock siempre valen para un roto y un descosido.

Confieso que no me habría animado a escribir esta tarde sobre esta tontería si no fuera porque a mi modo de entender lleva bastante peligro, ya que con el paso del tiempo tal vez Fernandes sea historia (prometió que se iba si su equipo no mejoraba con respecto a 2013, cosa por otro lado nada complicada ya que la temporada pasada terminó último, por detrás de Marussia), pero a Heikki no le quita nadie el manchurrón de tinta que le ha caído encima.

A ver, pensemos un poco: ¿nos está diciendo Tony que si Kova hubiese puntuado con Lotus no le habría importado pagarle este año como piloto oficial, prefiriéndole a Kobayashi o Ericsson, vamos, que han traído bajo el sobaco un interesante montón de billetes y por tanto no le van a costar un maldito dólar...? 

Me pregunto cuáles podrían ser esas expectativas si Caterham es un equipo al que hoy por hoy le vale con sobrevivir carrera tras carrera, pero en todo caso, la forma que ha tenido el boss de despacharse de encima a Heikki me ha parecido extremadamente fea, ya que por si faltaban pocos agujeros en el real, sancionar el tema recurriendo a la seriedad de las decisiones frías que debe tomar cualquier escudería, es poco menos que llamarnos idiotas a la cara.

Pudiendo ir despacio, ¿pa'qué correr? Hay problemas económicos en Caterham y al paso que vamos, se prevé que duren, como si lo viera.

Os leo.