La banalidad con que se ha tomado en algunos ámbitos el «golpe de estado» que ha dado Pirelli a la Fórmula 1 con su donde dije digo digo Diego
a partir de Bahrein, contrasta con esa esencia económica de nuestro
deporte que tantas veces se desestima a la hora de valorar las cosas
como corresponde, y es que los equipos con presupuestos ajustados, los
que no han tenido capacidad para remontar la andanada que les han metido
en línea de flotación, han perdido una oportunidad de oro que
difícilmente volverán a oler siquiera.
Sahara Force India es tal vez el exponente más claro y también
hiriente. Hasta la cita del emirato, la india se postulaba como una
interesante alternativa en la zona media de la tabla. Adrian Sutil y
Paul Di Resta ocupaban plazas impensables otros años y alegraban los
domingos a los aficionados. Pero llegó Pirelli con sus tradicionales
cambios de rumbo (3 en 3 años) y poco a poco se han ido deshaciendo…
Me diréis que es ley de vida, que quien anda escaso de haberes
acaba pagándolo tarde o temprano. Sí y no, contestaré. El dinero
siempre es importante, pero las temporadas se planifican meticulosamente
incluso en las escuderías pobres, y si en las ricas resulta importante
acertar a la primera, ni os cuento lo que sucede en aquellas que miden
incluso el grosor de la calderilla, sencillamente porque para ellas,
cada carrera nueva se convierte en un punto de no retorno cuyas
consecuencias son imprevisibles.
Bien, eres pequeño y te meten un endurecimiento de gomas que afecta
quieras que no al esquema de las suspensiones de tu monoplaza. Valoras
el imprevisto y te llevas las manos a la cabeza porque ni tienes tiempo
ni dinero para enfrentarte a la nueva situación. Arreas con lo que hay
por si todavía sirve y aguantas el trallazo de aquella manera, sabiendo,
sabiendo, repito, que cuando llegues a Spa, tendrás que rendir cuentas
por tu fracaso antológico como si el mazo de cartas con el que has
estado jugando jamás hubiese sido amañado.
Poned el nombre que queráis a esta circunstancia. Sauber, Marussia,
Caterham, Williams, el propio Sahara Force India, incluso Toro Rosso, y
tienes a 12 pilotos que van a ver sus posibilidades ante la sesión
hechas literalmente fosfatina.
Bien, se ha salvado de la quema la de Faenza con ese rejuvenecimiento
que ha coincidido con la elección de Daniel Ricciardo como compañero de
Sebastian Vettel, en sustitución de Mark Webber, vamos, pero todos
sabemos quién está detrás del equipo «B» de Red Bull y cómo hilan de
fino en Milton Keynes, aunque así y todo nos quedamos con 5 escuderías
en pelotas y con 10 conductores apostando a ver si hay suerte, que
normalmente no la hay. Son unos mataos, como de costumbre, los
que no cuentan nunca, los del montón, los que el año que viene serán
medidos por los méritos logrados en éste a la hora de ser sustituidos (o
no, quién sabe) por nuevas y deslumbrantes promesas que llegarán a los
aledaños del paddock con los bolsillos repletos de dólares.
No voy a ser tan ingenuo como para pedir algo de generosidad en este
mundo de tiburones y caníbales, pero por donde no paso es porque se
instale esa idea de que el cambio al que ha sometido Pirelli a sus
neumáticos de este año ha sido idéntico para todos. No, no ha sido igual
salvo para los que han tenido capacidad para enfrentarlo, porque para
el resto, ha supuesto literalmente una canallada consentida por la FIA,
el organismo que supuestamente vela porque la igualdad esté asegurada,
que está dejando víctimas y que a comienzos de 2014 las seguirá
depositando en las cunetas del negocio, tal y como han hecho siempre las
dictaduras.
En efecto, Josetxu. Lo que más me revienta de toda esta situación es que del mismo modo que los ciudadanos que soportan una dictadura y se acomodan en su seno tarde o temprano van a sufrir sus injusticias arbitrarias, los aficionados que sufriendo decisiones a sabiendas injustas para la competición, aceptando situaciones como el cambio de unas características de neumáticos durante la sesión que produce un vuelco en las aspiraciones de los equipos que mejor la habían preparado,porque supone una mejora en las aspiraciones de sus equipos o pilotos favoritos,ayudan a perpetuar un status quo que antes o después se volverá contra sus "intereses".El que calla,otorga.El que otorga pierde su libertad para decidir y se convierte en un esclavo.En primer lugar de sí mismo. Muchos hemos intuido antes de que ocurriera lo que está ocurriendo en esta temporada.El cómo exacto no lo sabes hasta que llegan las situaciones y lo ves de forma clara. Pregonarlo es la mejor manera de que esto acabe algún día.Ya sabes, cuando toda esta caterva de vividores den con sus huesos en otra parte.¿Que vendrán otros nuevos?.Pues vaya consuelo... Saludos
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