As good as it gets

Si dispusiéramos de una prensa deportiva que hiciera honor a su nombre, esta misma mañana me habría ahorrado tres explicaciones a otras tantas personas, sobre aquellos aspectos que habiendo concurrido en el explosivo comportamiento arrasador de Sebastian Vettel, explican de sobra y con abundancia de datos, contrastables para más bemoles, por qué ni Fernando es tan arrogante ni Ferrari tan mala.

Si esta gente que escribe tan alto no se alquilaran barato por un pase V.I.P. o cualquier otra gabela, seguramente a estas alturas todo el mundo conocería de sobra que la FIA ha vendido este campeonato a Red Bull con la connivencia de Pirelli, allá como a comienzos de mayo, como hiciera el año pasado en verano en pago por el rescate del WRC, y yo me ahorraría mucha saliva y seguramente viviría más tranquilo aunque el Nano siguiera quedando por detrás del matarécords.

Vivimos tiempos convulsos y raros de cojones. Con nuestro dinero se salva a la banca y se nos deja ante ella con las mismas deudas de antes, aunque con peor futuro. Se nos abrasa a impuestos con la sana intención de que gastemos más con menos, dicen que para facilitar la recuperación. En lo nuestro se busca el espectáculo, como en lo otro el equilibrio presupuestario… Nos mienten, lo sabemos, pero quien tiene la obligación de informarnos se conforma con mirar para otro lado o conjurar la magia que lo explica todo, y eso que hace siglos que no vivimos en la Edad Media.

En fin. Esta misma tarde, bajo el amparo de un reglamento (al de 2009 me refiero), que intentaba meter en vereda a los ingenieros aerodinámicos para evitar saraos como los vividos en años anteriores, en Singapur, un coche que en esencia debería ser muy similar a sus competidores ya que el actual marco técnico dice estar atento incluso al calibre del último tornillo de la carrocería, se ha permitido mojar la oreja de quien se le pusiera delante, con una soltura tal que en tres vueltas sacaba siete segundos a su más inmediato rival (ni el Brawn GP001 con el doble difusor lo hacía, para más señas).

Cualquiera con dos dedos de frente se preguntaría cómo es posible o señalaría que en el RB9 hay algo raro, por no decir directamente que es ilegal porque canta más que la Castafiore. Claro está, si supiera lo del reglamento de 2009, su espíritu y su letra, y las intenciones de los que lo elevaron a canon…

Agua pasada no mueve molino, dicen, y la última carrera es la única que cuenta. Pues bien, según esta panda de entendidos que nos informan desde sus púlpitos, Pirelli ha hecho un cambio de compuestos en beneficio de todos, Mercedes AMG ha expiado sus culpas y Fernando, en Singapur, había perdido todas sus opciones tras calificar ayer séptimo. Pero no os preocupéis, a partir de hoy se abonarán al esfuerzo y la épica, y nos contarán no sé qué rollos sobre lo bueno que es Vettel y lo mal que lo ha hecho Ferrari.

Tal vez tengan razón y sea yo el equivocado, pero por si las moscas hace mucho tiempo que no consumo prensa, porque si en lo deportivo van como van de seguros en sus anotaciones, no quiero ni imaginarme lo que ocurre realmente en economía y política.

Total, que Seb nos ha metido otros siete puntos y eso es lo que cuenta, pero a cambio hay buenas noticias: Singapur ya es historia. Toca pensar en Corea, y aviso que volvemos a jugar fuera de casa.

Os leo.

[Publicado en Diariomotor]