La lucha por los primeros puestos del campeonato de constructores tiene un trasfondo crematísitico nada desdeñable, tanto es así, que de cada posición obtenida en la tabla dependen los pecunios que cobrará cada escudería del cofre del tesoro de Bernie.
En aplicación de aquello del tanto tienes, tanto vales, la lógica más aplastante se impone al visualizar el escenario propuesto, ya que los equipos más grandes siempre dispondrán de mejores armas porque tienen más dinero, y obviamente, con él, contarán con mayores posibilidades para volver a llenar sus bolsillos bajo el amparo de un sistema que en apariencia favorece la lucha entre iguales, pero que a la postre, resulta tremendamente perverso.
Pior h o por b, soy de la opinión de que todos los integrantes de la parrilla contribuyen en mayor o menor medida al conjunto del espectáculo deportivo que ofrece la F1, y que ya existe suficiente premio en aparecer más minutos en televisión o en espacios más grandes en los periódicos o prensa especializada, o en contenidos que se desperdigan por Internet a la de tres, etcétera, dado que la presencia mediática, la visibilidad que dicen, siempre ha sido un valor de cambio con el cual convencer a los patrocinadores para que aflojen la pasta, pues estos también contribuyen al sostenimiento de los equipos, no lo olvidemos.
No me distraigo que me veo metiendo a Rodrigo Rato y su nuevo trabajo en cualquier frase. En fin, quería decir con todo esto que llevo escrito, que el sistema de marras me parece lo suficientemente cabroncete como para sospechar sin temor a errar que pretende perpetuar un estado de cosas ya apalabrado entre los grandes y el mandamás del asunto (sí, ya sé que no descubro nada nuevo, pero no me negaréis que queda la mar de literario), y que del cuarto puesto de la tabla para abajo, lo que hay es una serie de zanahorias de diferentes tamaños por las que pelearán los diferentes equipos llamados menores con uñas y dientes, para pasar septiembre de cada temporada sin tener que sufrir el agua al cuello.
Y el tema tiene su aquél, porque precisamente es en la zona media y baja de la parrilla donde mayor espectáculo se produce, donde mayor cantidad de adelantamientos se originan, y en definitiva donde hay siempre más salsilla aunque las realizaciones televisivas de los Grandes Premios la utilicen para soslayar el muermo que acontece año tras año, carrera tras carrera, campeonato tras campeonato, en los primeros puestos, salvo en contadas ocasiones.
Por fortuna sé que Bernie no me lee, pero ya que voy lanzado, me gustaría apuntar la idea de que tal vez un sistema más igualitario, con un reparto menos desigual, con las mismas zanahorias al alcance de las manos de todos, vamos, el espectáculo podría incluso mejorar.
En todo caso, y como siempre, yo, lo que diga Pedro.
En aplicación de aquello del tanto tienes, tanto vales, la lógica más aplastante se impone al visualizar el escenario propuesto, ya que los equipos más grandes siempre dispondrán de mejores armas porque tienen más dinero, y obviamente, con él, contarán con mayores posibilidades para volver a llenar sus bolsillos bajo el amparo de un sistema que en apariencia favorece la lucha entre iguales, pero que a la postre, resulta tremendamente perverso.
Pior h o por b, soy de la opinión de que todos los integrantes de la parrilla contribuyen en mayor o menor medida al conjunto del espectáculo deportivo que ofrece la F1, y que ya existe suficiente premio en aparecer más minutos en televisión o en espacios más grandes en los periódicos o prensa especializada, o en contenidos que se desperdigan por Internet a la de tres, etcétera, dado que la presencia mediática, la visibilidad que dicen, siempre ha sido un valor de cambio con el cual convencer a los patrocinadores para que aflojen la pasta, pues estos también contribuyen al sostenimiento de los equipos, no lo olvidemos.
No me distraigo que me veo metiendo a Rodrigo Rato y su nuevo trabajo en cualquier frase. En fin, quería decir con todo esto que llevo escrito, que el sistema de marras me parece lo suficientemente cabroncete como para sospechar sin temor a errar que pretende perpetuar un estado de cosas ya apalabrado entre los grandes y el mandamás del asunto (sí, ya sé que no descubro nada nuevo, pero no me negaréis que queda la mar de literario), y que del cuarto puesto de la tabla para abajo, lo que hay es una serie de zanahorias de diferentes tamaños por las que pelearán los diferentes equipos llamados menores con uñas y dientes, para pasar septiembre de cada temporada sin tener que sufrir el agua al cuello.
Y el tema tiene su aquél, porque precisamente es en la zona media y baja de la parrilla donde mayor espectáculo se produce, donde mayor cantidad de adelantamientos se originan, y en definitiva donde hay siempre más salsilla aunque las realizaciones televisivas de los Grandes Premios la utilicen para soslayar el muermo que acontece año tras año, carrera tras carrera, campeonato tras campeonato, en los primeros puestos, salvo en contadas ocasiones.
Por fortuna sé que Bernie no me lee, pero ya que voy lanzado, me gustaría apuntar la idea de que tal vez un sistema más igualitario, con un reparto menos desigual, con las mismas zanahorias al alcance de las manos de todos, vamos, el espectáculo podría incluso mejorar.
En todo caso, y como siempre, yo, lo que diga Pedro.
¿Por ejemplo, el mismo presupuesto para todos?.Igualdad de salida.¿Igualdad de oportunidades?.Unos trabajan mejor,más duro,con más acierto, y consiguen mejores resultados que quien ha trabajado menos,o peor,o con menos acierto porque han "trabajado" menos el talento, o que ha tenido menos acierto.¿Es justo que tengan la misma recompensa?.Igualdad,justicia,libertad,....¡cuánta utopía!.
ResponderEliminar¿Utopías? ;)
ResponderEliminar¿Podríamos entonces decir que la utopía de Bernie-FOM es calvinista, cada uno recibe según sus méritos?
Entonces, ¿es la de la FIA socialista, cobrar a cada uno según lo que ha recibido? ¿...o es más bien comunista, por su obsesión estandarizadora?
Sin llegar a ser utopías si es cierto que antes de las legislaciones o los proyectos están los valores y las ideas que cada uno tenga de como habrían de ser las cosas en el futuro. Eso es ineludible, y siempre habrá valores o expectativas alternativos entre los que habrá que elegir, y eso, amigos, si que es "Libertad" y "Responsabilidad."
El problema está en que los que deben de vivir según esas leyes o instituciones vean a estas como algo que coarta su propia libertad. Tal vez porque piensen que no se les ha tenido suficientemente en cuenta a la hora de optar por unos valores o al redactar las leyes. Tal vez porque no se les haya explicado bien cuales son sus fundamentos, lo que se pretende con ellas y como se aplican, y entonces se perciba que la "Arbitrariedad" ha sustituido a la "Responsabilidad." También es cierto que este problema no siempre es atribuible a quien legisla. Los legislados a veces mostramos ciertos problemas respecto a la "Autoridad" que en realidad son más bien con nuestra propia "Libertad" y "Responsabilidad." A veces preferimos tirar contra "el jefe" a asumir nuestra propia responsabilidad. Por ejemplo aquella famosa reunión en Mónaco en el yate de Briatore y las que vinieron después.
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!
Hola a todos y feliz año,
ResponderEliminarPara ejemplo ejemplar ejemplarizante tenemos a Marko, que es hablar y sube el pan (aunque eso en enero suene a obvio). La última sobre las distracciones de ALO y VET es para guardarla a mejor gilipollez del año. Pero puede que se supere, claro...
Un abrazo,
ABB