Tres atractores extraños y una paradoja

Cuando escuchéis que la diferencia entre un hombre de letras y uno de ciencias estriba en que uno pasea y el otro no sale de su laboratorio, no hagáis ni puñetero caso, Edward Norton Lorenz, uno de los padres de la cosa caótica, paseaba mucho aunque también sabía estar como hay que estar en su laboratorio, y Howard Phillips Lovecraft, padre y madre de Cthulhu, apenas daba un paso fuera del suyo.

Debería estar pintando ruedas, lo sé, pero a mi hijo, futuro ingeniero mecánico, le gusta que pase de estas cosas, y ya se sabe que a un hijo hay que hacerle caso, más si cabe desde que los huevos fritos dejaron de ser para los progenitores que gastaban todas sus energías en traer algo que comer a la prole para que el patrón fardara de yate. Así que pienso en lo poco que se habla de economía y crisis en referencia a Islandia, en lo nada que se menciona a Finlandia charlando sobre educación, y en lo mucho que se dice que nos conviene que fomentemos la formación profesional entre nuestros chicos, o que hagamos los deberes en lo de sujetar sobre nuestros hombros los presupuestos que benefician a los bancos alemanes...

No me distraigo, que me conozco. Decía o venía a decir que como los chiquillos, miramos donde nos dicen que miremos, y que ellos, los otros, los mayores de siempre, lo saben, y que nosotros, en el mejor de los casos, terminamos tirando la toalla porque no vemos nada donde dicen que hay algo; en el peor, obviamente, nos quedamos con un palmo de narices y pensando que somos lelos.

Aquí entra Pirelli (¡tachán!), suministrador único de neumáticos desde que Bridgestone pasara de todo. Y el caso es que a comienzos de verano, la milanesa anunció que estaba pensando en endurecer sus compuestos, de manera que en Silverstone se iban a hacer unas pruebas con las gomas experimentales por ver si el asunto era del entero gusto de pilotos y escuderías.

Aquello quedó en agua de borrajas, nunca mejor dicho, porque sobre la campiña y el circuito ingleses cayó el diluvio en los días previstos, de forma que al poco, el portavoz de la italiana, Paul Hembery, asustaba a profanos y entendidos con lo de la guerra de los neumáticos y lo yermo que quedaría todo de darse el caso. Para ese momento, primeros de agosto, la propuesta de compuestos para Hungría, Bélgica e Italia, había sufrido una sutil modificación hacia arriba de gama para favorecer el espectáculo. ¡Esperad, creo que escribí algo sobre el tema!

Más adelante, a comienzos de este mismo mes, Pirelli prometía que para 2013 sus neumáticos iban a sufrir algunos cambios por el bien de todos y la competición, of course! —sí, también escribí algo al respecto—. Sea como fuere, lo cierto es que a partir de Singapur no he sido capaz de seguir la estela del asunto de marras, lo que me ha dejado hasta Corea con una mano delante y otra detrás a la hora de defender mis argumentos. Pero llegaba Yeongam, y hasta el propio Marc (Gené) se sorprendía del buen rendimiento que ofrecían los Pirelli blandos (duros para Antonio Lobato y su tropa, en todo caso los de vitola amarilla) en los F2012 pilotados por Felipe y Fernando.

Llegados a este punto, conviene recordar que el F2012 se desenvolvía de cine hasta hace poco con los compuestos más blandos de la gama, siendo notable su aprovechamiento de los medios (vitola blanca), mientras que por el contrario, al RB8 le iban bien los más duros...

Tal vez paseo mucho y estoy poco en mi laboratorio, pero este mediodía me ha dado por pensar mientras caminaba, en lo sencillo que resultaría poner en práctica lo que tantas veces en lo que llevamos de año ha dicho Pirelli, cambiando simplemente el color de la vitola identificatoria, y así, puesto que nadie se entera de nada en lo que atañe a las gomas, o eso nos venden, vestir un neumático medio de blando sería tan fácil como cambiar el blanco por el amarillo en sus laterales.

Para India están propuestos los medios (duretes de antaño según mi lectura de huesos), y duros (extraduros, si no me voy de baretas). Vettel va a una parada porque esa estrategia va a ser la más adecuada para toda la parrilla, y lo firmo de puño y letra tal que hoy, 17 de octubre, once días exactos y unas horas antes.

Os leo.