Felipe renovado

El posible endurecimiento de gomas que ha llevado a cabo Pirelli, con el que llevo un par de días dando la tabarra, no tenía por qué beneficiar sólo a Red Bull, y el caso más palmario lo encontramos en la reciente renovación de Felipe Massa por Ferrari.

Cuando me despedía de él, el brasileño acababa de hacer un noveno en Hungaroring y nada insinuaba en el horizonte la resurrección que iba a sufrir a partir de su retorno de vacaciones. Por suerte, y como decía antes, al parecer ahí estaban las Pirelli para echarle una mano, porque en un visto y no visto, a partir de Spa, el paulista se iba a calzar nada menos que 56 puntos de los 81 que atesora en estos momentos.

A Felipe, como a todo buen marrullerete que se precie, le gusta bregar sobre el asfalto más que a un tonto una tiza (¡qué pasada le metió a Sergio en Singapur!), y aunque hasta mediados de temporada la cosa era imposible porque la delicadeza de los compuestos se lo impedían (bueno, también había más cosillas, para qué negarlo), el reencuentro con un calzado más duradero le ha permitido ganar confianza tanto en el coche como en sí mismo, lo que a la postre le ha llevado a ir creciéndose poco a poco, a reencontrarse, en una palabra, permitiendo que aprovechando el desinfle de McLaren, la Ferrari de mi alma haya podido por fin desbancar a la de Woking de la segunda posición del Campeonato de Constructores tras el paso por Corea.

Hombre acostumbrado a los Bridgestone (Sauber montaba los Potenza, y Ferrari, también, casi de toda la vida), digirió mal el paso a las Pirelli. 2010 fue un año malo en lo personal para mi Felipe (en lo deportivo estuvo pasable), venía del accidente sufrido en Hungría en 2009 y para colmo Maranello le había puesto un nuevo y duro compañero: Alonso, así que la llegada de las milanesas, en 2011, le pillaron con el pie cambiado, por decirlo coloquialmente. A partir de ahí, ya conocemos de sobra la historia.

Cabe decir para que entendamos de qué va todo esto, que para Fernando el asunto de los nuevos compuestos no resultaba nuevo porque a fin y a cuentas se fogueó con las Michelin en sus autos, y con ellas ganó sus dos mundiales consecutivos (a ver si encuentro un hueco y hablo algún día de los paralelismos existentes entre Michelin y Pirelli), lo que nos sitúa en un 2011 en el que Massa hacía agua por todos lados, en el de su confianza, en el de sus prestaciones, y por supuesto en el mantener el tipo con vientos adversos.

2012 no comenzó diferente. El F2012 cuidaba bastante bien las ruedas (modo Nano) y ahí Felipe naufragaba en base a lo ya expuesto, pero a partir de que Marko alzara la voz en julio (Concha nos pasó ayer noche un enlace que no tiene desperdicio) y que Pirelli tomara nota del aviso a navegantes, a Massa vino Dios a verle porque estaba pendiente lo de su renovación y tal...

Total, que habiendo conseguido 25 puntos de Melbourne a Hungaroring, de Spa a Yeongam se sacaba de la manga los otros 56 que mencionaba antes. Desatado, deslumbrante, cómodo, hasta Rob Smedley sonreía el otro día cuando el brasileño le metía caña a Hamilton para buscar la trasera del monoplaza de Alonso, como diciendo ¡éste es mi chico!, y más tarde, claro está, don Luca llamaba a Felipe a su despacho para decirle aquello de estás renovado, sin saber sospecho, el calado real del verbo que estaba usando para tan elevado momento.

Os leo.