Escribir mucho y rápido protege del mal de ojo, las calenturas y los
vampiros, como los ajos. No me lo pudo decir mi abuela porque para
cuando me lancé a este ruedo hacía mucho que ya no estaba a mi lado, y
aunque es una de esas recomendaciones que suelo poner en su boca de
tanto en tanto, a buen seguro que me la haría si anduviera todavía por
aquí.
En fin, como sabéis, llevo de un tiempo a esta parte intentando bajar de la sillita en la que está subida, a esa estrategia que a decir de algunos supone el paradigma de la modernidad formulera, la razón última de nuestro entretenimiento y el quid
del espectáculo en F1 (esto sí que es venta de humo, y no lo otro), de
manera que tengo algunas perlas bien dispuestas en entradas anteriores
como para defender que lo que vimos ayer, de ser estrategia tal y como
dicen, lo será con minúsculas, porque consistió en gestionar neumáticos
de la manera más ramploncilla posible.
El año pasado, sin ir más lejos, pudimos asistir en el mismo trazado
complicado y ratonero de siempre, a un final de carrera trepidante, que
de no haber sido fracturada por la presencia inoportuna de la lluvia y
desde luego, por la bandera roja, podría haber pasado incluso por épico
al desterrar ese dogmático axioma que afirma que quien gana la pole
en El Principado se calza la victoria, sencillamente porque eso no ha
sido siempre así, y porque es así sólo desde que las cosas en la F1 ya
no hay por dónde cogerlas.
Bien, comparaba la edición del G.P. de Mónaco de este año con la del
anterior, hay que recordar que en 2011 Sebastian jugaba con una
estrategia a una parada, Fernando con una a dos y Jenson con una a tres,
de forma que la creatividad de las escuderías brilló con luz propia,
más si cabe, porque en los últimos giros antes de que Charlie Whiting
sacara el trapo colorado, se demostró que quien más riesgo había asumido
(McLaren) podía haber llevado a su piloto a lo más alto, ya que Vettel
estaba en las últimas y Alonso no iba a poder aguantar el trallazo de
Button.
Con el agradable sabor en la boca de la lucha que tuvieron hace 12
meses en el mismo escenario el piloto británico, el español y el alemán,
ingenuamente escribía el sábado pasado que visto lo visto durante la
calificación, a lo peor me tenía que retractar sobre lo dicho y escrito
acerca del valor de la estrategia en nuestro deporte. Bien mirado, ante
un panorama de igualdad máxima como el ofrecido por la parrilla del
Principado, la estrategia durante el domingo me parecía que ganaba
enteros, porque para eso valen las estrategias, para convertir las
debilidades en fortaleza a base de inteligencia, y como sucediera el año
pasado, cuando el RB7 y Vettel estaban fortísimos, y lógicamente
Ferrari y McLaren se la tuvieron que jugar a cara de perro para intentar
destronarlo, con las mismas cartas, sí, pero bajaradas diferente y
plantadas sobre la mesa de forma distinta a como hacen los adversarios,
nada me animaba a rechazar la idea de que volviéramos a disfrutar de
algo parecido.
Pero me equivocaba, pues ayer, la mayoría de estrategas se
limitó a aceptar que había que cuidar los neumáticos como fuera, lo que
en cristiano significa que nadie iba a pretender ganar la carrera como
se hacía hasta hace poco en nuestro deporte.
A resultas de todo esto, el cuadro monegasco fue conformista hasta
decir basta. Los coches, demasiado equiparados mecánicamente, para qué
vamos a engañarnos, sin la ayudita que les otorga la aerodinámica en
otros trazados, en Monte-Carlo se mostraban bastante cojos, y como las
diferencias entre ellos las ponen las gomas, los generales desde sus
respectivos muros, obviamente optaron por cogérsela con papel de fumar
para limitar daños, lo que en F1 supone un soberano despropósito, ya que
la fórmula reina iba hasta hace nada de ser más rápido que los rivales
así te dejaras el coche en el intento.
Si en una pista tan estrecha como la monegasca no se puede adelantar o
resulta muy complicado hacerlo, es indiscutible que había que habilitar
la posibilidad de adelantar en los garajes, pero si todo el mundo entra
casi a la vez y por una vez, como que no, señores, como que no…
Lo comentaba Marc Gené durante la retransmisión. Los compuestos más
blandos podían durar unas 7 u 8 vueltas a pleno rendimiento, pero si
bajas la velocidad, duran más… Parece de perogrullo pero se agradece la
sinceridad, al menos yo la agradecí. Total, que llevando el asunto a su
extremo, podemos inferir que si vamos muy muy lentos, incluso podrían
durarnos toda la prueba…
Sí, ayer hubo circunstancias como la fina lluvia que llevó a Toro
Rosso a calzar medios en el coche de Vergne, pero en líneas generales se
corrió mucho más lento, bien porque la elección de Pirelli tal vez no
fue la más adecuada, bien porque la FIA entiende este deporte siempre a
la baja, o bien porque las escuderías ya no compiten como competían
antes. Podemos elegir la causa que mejor nos parezca, pero en todo caso,
el nivel de estrategia planteado durante el Gran Premio me parece que
no correspondía al que merece una auténtica carrera de F1, sino más
bien, al que podrían planificar cuatro o cinco legos en la materia
alrededor de una merienda con chocolate y churros, sin que la prensa y
los medios tuvieran necesidad de llamarles estrategas por aquello de no hacer el ridículo.
Esto no es lo que era y no admite comparaciones con etapas más
doradas en las que realmente se luchaba sobre la pista. Las carreras ya
no son lo que fueron antaño, y la estrategia… La estrategia,
sencillamente es otra cosa.
Hola!
ResponderEliminarCreo que el GP de Mónaco 2012 fue sólo ridículo y engaño. Una tomadura de pelo en toda regla. Pareció un tiempo muerto entre España y Canadá.
Entiendo que los coches son muy parecidos, que la aerodinámica no influye demasiado, quizá los neumáticos no fueran los adecuados... Pero que en ese trenecito eterno de cabeza nadie (NADIE) en casi 80 vueltas hiciera intento de nada (Alonso en las primeras con Hamilton, quizá), que se calcaran al milímetro las entradas a boxes (aunque aún así hubo alguna consecuencia), y que el ritmo de carrera fuera tan ridículo como para que los últimos equipos estuvieran más cerca que nunca en tiempos... es tremendo. Ni un mísero adelantamiento (salvo Fernando a Hamilton en boxes), ni un achuchón serio (salvo Schumacher a un Raikkonen en las lonas), ni un poco de presión buscando el error del otro... Nada de nada, al menos en los 10 primeros puestos. Nadie quería desgastar. Ésa fue la estrategia; dale tú, que a mí me da la risa...
Y todo por miedo. Miedo. Miedo a un avispado Vettel, que obligó a todos a ir a una parada, miedo a arriesgar y perder lo que cada uno tenía ya en la salida (Alonso liderato, Webber carrera, Vettel evitar males mayores, Rosberg buenos puntos, McLaren quizá no cagarla de nuevo). Miedo. Miedo en los muros. Ni riesgo, ni velocidad, ni coches, ni competición, ni estrategia... nada. Miedo.
Tiempo muerto hasta Canadá.
Rindámonos a América y hagamos como ellos: bandera amarilla con dos o tres vueltas para acabar y un final de infarto garantizado. Porque eso parece ser que es lo que quiere la peña. Nosotros sólo somos unos renegados que vivimos en un pasado de pilotos y coches de verdad que nunca más volverá. Y eso que venimos de una carrera en Montmeló apasionante. El mundo al revés.
ResponderEliminarLa de ayer fue una carrera rara, rara. Porque lo normal es que quien para primero se ve favorecido, con lo que adelanta posición al que lo hace después.
ResponderEliminarJusto lo contrario de lo que sucedió. Según iban parando iban haciendo peores tiempos que los que se quedaban en pista.
Hasta tal punto fue cierto esto que faltó poco para que Vettel diera la sorpresa. Y de haber llovido en esas vueltas en las que lideró hubiera ganado la carrera.
¿Sabían en Red Bull que esto iba a ser así? ¿O sólo fue una estrategia arriesgada, mal parida el sábado, pero contundente el domingo?
Y como decía marioM, miedo en el resto del pelotón. En Ferrari fue evidente. Fernando cuidó como nadie los superblandos y su tiempo con pista libre lo demuestra, pero lo llamaron a boxes y ahí se acabó la remontada. Y gracias a que pudo pasar a Vettel. Hamilton se lo tragó y parece que se queja de que desde el muro no le avisaron de la parada de Vettel y que por eso no exprimió esa vuelta.
Pero el meollo está en lo que Orroe comenta: nadie arriesgó a hacer dos paradas, creo yo porque sabían que esta vez sí aguantarían las gomas, de modo que tuvimos una carrera tipo Bridgestone como piedras. Y eso en Mónaco significa un trenecito como el que vimos ayer. Nadie quería ser el Kimi Raikonen que destrozaba las gomas, así que a cuidarlas, mimarlas y hasta meta.
El problema de estas gomas no es que degraden, sino que no se pueden forzar. Creo que Schumacher tiene razón en su queja. Si duran 20 vueltas pues que duren 20 vueltas, pero que en ese tiempo puedas exprimirlas a tope, que para eso esto es F1.
Un abrazo!
El carpe diem al que nos vemos abocados como seguidores de este deporte nos nubla la vista de la perspectiva. Esta carrera salió así y punto; a no darle más vueltas. Como dice J.Arce, venimos de un gran GP de España y de una temporada en general animada, con alternancias,con emoción...¿qué más queremos?. Seguro que la próxima carrera es fantástica, vuelven los adelantamientos y, quizás, un nuevo vencedor en una temporada sin dominador.Que ayer, por las circunstancias que fuera,todos se mostraron conservadores y sin ganas de arriesgar (bueno excepto los genios de Toro Rosso...que arriesgaron pero bien...), lógico en una temporada larga, indefinida y en la que perder puntos como Button puede ser una losa para el desrrollo futuro del campeonato. Atendiendo al proverbio,ayer no estaba el asunto para probar la profundidad del río con las dos piernas.Saludos
ResponderEliminarPor si alguien quería caldo, ahí van dos tazas:
ResponderEliminarhttp://www.caranddriverthef1.com/formula1/noticias/2012/05/27/55061-el-suelo-red-bull-sospechoso-incumplir-la-normativa-tecnica-f1
Un agujerito en el fondo plano...
Saludos
Tadeo: Es lo que faltaba. Y si ya lo habían utilizado en otras dos carreras ¿nadie se había dado cuenta?. En la misma web tamniénes muy recomendable el análisis de Héctor Campos. Saludos
ResponderEliminarRed Bull hace ya demasiado tiempo que huele mal.
ResponderEliminarKing Crimson
Buenos días.
ResponderEliminarMarioM ;) Miedo, esa es la palabra, todo el mundo corriendo para amarrar puntos y posiciones. Flaco favor se hace la F1 con este tipo de comportamientos, y me temo que la culpa no es sólo de Pirelli.
Jose ;) Ni de coñá!! XDD Yo no me rindo y sé que tú tampoco. Ni estamos caducos ni somos puristas. Son ellos los que nos venden una F1 a la que en algunas carreras se le ve el plumero :P
Interlagos ;) Soy de la opinión de que RBR jugó a farol desde el sábado, pero nadie tuvo agallas de plantear una alternativa y ahí la austriaca saco tajada. Y en cuanto a la posibilidad de hacer más paradas, si vas a amarrar, con seguir a pie juntitas lo que hace el rival ya lo tienes todo solucionado :P
Gring ;) Disiento, Gring XDDDDD Estas carreras como la de ayer, pueden ser concluyentes y definitorias cuando al final la suma de puntos no dé para más, y es que en auténtica F1, hasta los truños cuentas, amigo, y más de uno lamentará no haber arriesgado un poquito más ;)
Tadeo ;) Con dos cogieron, como decía aquél, otro parchecito más XD
Gring ;) McLaren ya «tocó» esa zona con una abertura en 2009, creo recordar, así que a lo peor se permite :P
King Crimson ;) Van al límite con el cacharro y se ve que el diseño no da para más.
Un abrazote
Jose
Jose,es fundamental para progresar que haya distintos puntos de vista. Acabo de encontrar uno parecido al mío:
ResponderEliminarEl exjefe del antiguo equipo Renault, Flavio Briatore, también apuntó que los equipos necesitan un enfoque de "juego largo" para abordar el Campeonato, con Fernando Alonso como favorito desde su punto de vista.
"Si continúa la lotería, lo mejor será arreglárselas teniendo la mayor cantidad de tickets en el bolsillo, y eso es Alonso", añadió Briatore en La Gazzetta dello Sport.
Saludos
Buenos días ;)
ResponderEliminarGring ;) Ahí estamos, cuando escribí «Pues va a ser que no», ya apuntábamos a que teníamos que cambiar el modo de ver las carreras de este año. Puntuar, ése es el dilema ;)
Un abrazote
Jose