Algo ganamos

Siento que estoy demasiado mayor para según qué cosas, aunque en el fondo, confieso, como apenas levanto del suelo lo que levanto y si me voy a una concentración apenas se me vería, me voy a calzar la escopeta de cazar fantasmas, y aquí mismo me juramento a seguir escribiendo sobre F1 hasta que el Supremo rectifique la soplapollez que ha parido la Junta Electoral Central a cuenta aplicar la ley contra un pueblo soberano, equivocado o no, que está dando muestras pacíficas de su hartazgo.

Ayer mismo decía en mi otro secreto lugar, que me había posicionado en el escepticismo. He confesado innumerables veces que vivo inmerso en un océano de contradicciones. Pues bien, me crié en el libre pensamiento, en el sano debate de pareceres, en el contraste y en el mestizaje de ideas, en el respeto al otro, bagaje que he cuidado al extremo en lo que llevo de vida. Por ello sé perfectamente que ante ciertas situaciones sólo cabe dar un paso adelante sin pensar demasiado en las consecuencias.

Bien mirado, lo peor que puede ocurrir es que mañana os tengáis que hartar de aspirinas para digerir todo lo que he escrito hasta esta madrugada, aunque como me conozco, me voy a marcar una entrada por hora hasta que se pronuncie quien a estas horas está valorando el asunto, entre otras cosas porque hacer de gorila quedaría demasiado exaltado, y teniendo por medio una jornada de reflexión, me veo a un par de ertzainas a la puerta de la casa de mi suegra, donde vivo, pidiéndome el DNI para llevarme a comisaría esposado, por influir en el sacrosanto voto ciudadano.

Mal mirado, haré el indio como he hecho demasiadas veces sin que se me hayan caído los anillos, al menos hasta que el sueño al que sucumbimos a ciertas horas todos los autónomos, me tire definitivamente al suelo.

Decía que Strauss-Kahn ha salido por la puerta falsa por donde acostumbran a salir los de su supuesta calaña (el vulgo no es supuesto, sino el que paga los platos rotos), y que al parecer la atractiva Catherine Lagarde va a sustituirlo. Desde luego algo ganamos, porque de calle me quedo con esa nariz aguileña y esa mirada acerada de la ministra de finanzas francesa. No es mi tipo, pero mola mazo...

¿El Fondo Monetario Internacional cambiará el paso? Son las 19:31 y me pregunto a quién coño le importa eso.