viernes, 20 de mayo de 2011

Ridículo y vergüenza


Estoy terminando de digerir todo lo expuesto por Anxo a cuenta de los procesos térmicos que afectan a los modernos monoplazas, y que suceden en su interior. Pretendo comenzar a elaborar algunos dibujos para decorar sus explicaciones y mis propias elucubraciones antes de compartirlas con vosotros. Me llevará algo de tiempo pero seguro que lo disfrutamos.

Dicho esto, durante este proceso de lectura y reflexión en el que me estoy divirtiendo bastante, para qué negarlo, he encontrado más razones todavía para seguir afirmando que buena parte de las teorías que rodean la magia del RB7 y el resto de vehículos que lo están emulando en la actualidad, adolecen de una insuficiente perspectiva, y estaba sumergido en este bonito ejercicio cuando la FIA nos ha asaltado como de costumbre, con nocturnidad y alevosía, retocando inoportunamente las reglas que ella misma ha confeccionado, y lo que es más grave: desdiciéndose en aspectos que ella misma ha ratificado en las correspondientes revisiones de los coches.

Así no hay manera, como diría el de siempre. Si el reglamento técnico, en términos generales, es un lodazal donde resulta complicado mantenerse en pie, actitudes como la mostrada hace unos días suponen un intolerable revés a lo que necesita este deporte.

Da lo mismo que a las pocas horas la FIA se retractara de su paso en falso, posponiendo la aplicación de la nueva norma sobre escapes al G.P. de Mónaco. También da lo mismo si las razones ocultas tienen que ver con estimular el espectáculo quitándole alas a Red Bull, o con parar los pies a Ferrari... Todo da lo mismo.

El máximo organismo sigue jugando con las escuderías. Antojadizo y errático, sigue planteando escenarios bobos con la única pretensión de dejarse ver mientras siembra de descrédito todo lo que toca, de manera que el aficionado cada vez está más cansado del actual estado de cosas, y se muestra reacio a tragar con lo que le viene encima, porque el umbral de cautela se ve superado constantemente por la cantidad ingente de pruebas que exponen descarnadamente, que por narices tiene que haber intereses bien enfocados y delimitados, para que tantos fenómenos extraños sigan ocurriendo como si tal cosa.

Ya sabemos de sobra que la FIA nunca ha destacado por su sutilidad ni por su claridad de miras. Siempre hemos intuído que había numerosos gatos encerrados bajo su sotana, pero nunca la sospecha se había instalado entre nosotros de manera tan diáfana.

Dicen que quieren espectáculo, que buscan economizar gastos, ser más responsables con la sociedad que nos ha tocado en suerte vivir, pero los hechos refutan toda esta palabrería, de manera que ya va siendo hora de que digamos a Carlos Gracia, presidente de nuestra federación, que si él podía pedirle a Hispania que no hiciera el ridículo en el mes de marzo, con más razón podemos reclarme a él lo mismo, porque la FIA es actualmente el principal escollo para que prosperen este deporte y la afición que arrastra.

3 comentarios:

  1. El final es redondo.
    Ya casi había olvidado las declaraciones de Gracia. ¡Qué bien traído!
    Y, por supuesto, totalmente de acuerdo. Llega un momento en que uno desiste de revisar las normas FIA y tratar de comprender mejor su aplicación. Ahí van; ganando afición...
    Un besote

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  2. Totalmente deacuerdo contigo!!!cambian las normas solamente para su beneficio, es decir, para ganar mas audiencia.


    No entiendo porque tiene que aplazar esta norma

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  3. Se puede decir más alto, pero no más claro. A quien beneficia es algo que como siempre está por ver, pero si que sabemos a quien perjudica.

    Saludos

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