Prost vuelve

Y Renault se queda. Puede parecer una broma pero voy muy en serio, porque intuyo que la cosa que ha hecho aparecer el nombre del tetracampeón del mundo, como sustituto de Flavio Briatore en la dirección de la escudería Renault, no ha sido fruto del azar, ni siquiera un bulo. 

En principio, el Profesor no ha entrado en los cálculos de supervivencia de la casa francesa y el resto parecen hechos encadenados bajo un tinte lóbrego y agorero: ING ha adelantado su salida, Mutua Madrileña ha decidido hacer mutis por el foro desde ya mismo, y lo próximo parece indicar que Fernando se irá con dirección a Maranello. Pero cabría recordar aquí que ING ya anunció hace meses que no seguía en 2010, y que por tanto su huída corresponde a un aprovechamiento ventajista de una oportunidad que pintaban calva, total, entre pitos y flautas, el engendro bancario se va a beneficiar de la publicidad latente (anuncios, etcétera) hasta que acabe el cotarro, y sin desembolsar un duro, que es de lo que se trata. 

El caso de Mutua Madrileña va por el mismo camino, aunque su escenificación me ha parecido bastante inconveniente y cutre, porque su imagen está ligada a Alonso, y el paso que han dado puede pasarles factura antes de tiempo. En cuanto a Fernando… ya sabéis que por un lado verlo de rojo me entona el alma, pero por otro sigo pensando que Ferrari no está en sus mejores momentos y que por ello hay mucho riesgo en seguir a don Emilio; por si fuera poco, a día de hoy quedan demasiados flecos sueltos que me apetece ir sopesando con tranquilidad. Sintetizando, que me temo que todavía queda mucho por cortar antes de dar a Renault por acabada en F1 y también para sacar al asturiano de sus filas el año próximo.

Sea como fuere, y como comentaba al principio, el surgimiento de la figura de Prost en el entorno inmediato de Renault me resulta tremendamente sugerente. Me explico. El caimán de caimanes, don Carlos Ghosn, se encuentra aparentemente en un atolladero de difícil salida, pero tiene la obligación de salir de él, y airoso, porque de otra forma tiraría por los suelos el fruto de demasiados años de esfuerzo. Así las cosas, Alain es una de las mejores apuestas para lavar una imagen tan deteriorada como la que ha dejado el asunto de Singapur 2008. Es hiena gigantesca; aprendió solo, deambuló entre tormentas y avernos, seguro de sí mismo, saliendo ileso y crecido ante las adversidades y tipos como René Arnoux, Niki Lauda o el mismísimo Ayrton Senna; supo y sabe de las victorias y derrotas como sólo conocen los titanes, apurándolas hasta el fondo; se retiró a tiempo, con su cuarto y último título bajo el brazo, después de demostrar al mundo que no basta con que digan que estás acabado para que lo estés; y volvió años más tarde como emblema y jefe de un equipo al que puso su apellido… Pero su impresionante sombra no parece suficiente.

Don Carlos necesita certificar que Renault sigue más viva que nunca, y para ello está obligado a dar el paso que hasta ahora no se había atrevido a dar, que pasa inexcusablemente por aumentar el presupuesto para que su equipo pueda comportarse como el exponente de una auténtica marca en F1, como han hecho BMW o La Scuderia y parece que va a hacer Mercedes-Benz, y por tanto también por agenciarse a otras dos hienas bien hermosas para completar la terna. Una de ellas parece que es Kubica, y la otra se me antoja que es el mismo hombre que anda hoy día pateando media España, el mismo tipo que defenderá pasado mañana, domingo, un coche que clamará por su herencia y tradición con el nombre de Renault en los laterales, bien grande, para que no quepan dudas, como debería haber sido desde el comienzo de todo esto, igualito que cuando Prost imponía el motor turbo allá a comienzos de los 80.

Dicho esto, si me dais a elegir entre una Ferrari con Domenicali, Alonso y Massa, y una Renault con Alain, Fernando y Robert, me quedo con la segunda configuración, y sin pensármelo dos veces.