Buenas noticias

Ferrari parece que ha decidido retomar la senda abandonada hace casi quince años, poniendo su punto de mira en Le Mans.

Lejos de coincidir con los que creen que el movimiento es un nuevo jaque a la FIA, o que incluso forma parte del mismo órdago descafeinado con que se está entreteniendo al personal, pienso más bien que es una salida lógica para los tiempos que corren, porque la prueba de resistencia por antonomasia tiene para los grandes grupos automovilísticos un empaque comercial y mediático que ya quisiera acariciar la F1, aunque fuese de lejos.

Si en 1993, FIAT sacrificaba la esencia de Ferrari encargando a Dallara el diseño de los chasis de sus 333SP (últimos especímenes de la marca llamados a defender Il Cavallino por los circuitos de todo el mundo, incluido La Sarthe), pasados unos cuantos años del estruendoso fracaso de los Lancia LC2, y habiendo dejado que el pabellón italiano quedara bajo tutela de equipos privados y semioficiales, hora resultaba ya de dejarse de vainas y de volver a demostrar lo que vale un peine en competición pura, vamos, sin apaños ni tapujos.

Le Mans es mucho Le Mans, y cualquier constructor que se precie está obligado a participar en la mítica prueba de una u otra manera, porque entre unas cosas u otras, desde 1995, año en que ganó el último equipo privado (McLaren F1 GTR-BMW, conducido por Dalmas, Lehto y Sekiya), el resto de ediciones ha supuesto un desfile de grandes marcas, desde Joest TWR Porsche (1996-97); Porsche (1998); BMW (1999); Audi (2000 a 2002); Bentley (Audi R8 camuflado y sin contrincante oficial, 2003), Audis privados con apoyo oficial (2004 y 2005), y retorno de Audi oficial con el imbatible R10 (2006, 2007 y 2008)…

Peugeot lleva un par de años mostrando sus opciones con el 908 HDI. Porsche y Honda (Acura) han hecho lo mismo con sus RS Spyder y ARX en la categoría LMP2 (Acura ha declinado participar en la edición de 2009 a la espera de pulir su LMP1 en las American Le Mans Series). Lola-Aston Martin ha presentado sus credenciales… ¿Por qué no iba a intentarlo Ferrari?

Sí, lejos de pensar que la apuesta de Ferrari por la resistencia supone una vuelta de tuerca en su lucha con la FIA (aunque tal vez sea aprovechada para que lo parezca), creo sinceramente que es lo que tocaba, porque la F1 y las pruebas de largo recorrido han mantenido hasta hace relativamente poco tiempo una compartida sinergia que ha dado grandes frutos al mundo de la competición y aledaños.

Ferrari, como el resto de grandes constructores, necesita demostrar algo de músculo, y Le Mans se presenta que ni pintado en el horizonte para escenificarlo ya que la F1 lleva derroteros excesivamente democráticos. La experiencia ganada estos años de ausencia suponen un plus añadido para la de Maranello, y la ocasión la pintan calva.

A mí me encanta la nueva apuesta. A cuenta de la supremacía de Audi, había dejado de mirar con cariño a los pura sangre carenados, y la promesa de ver un rosso auténtico disputándoles la gloria, se me antoja una de las mejores noticias.

Os leo.