Rain masters

Cuarenta y ocho giros bajo un aguacero y con visibilidad casi nula, manteniendo el tipo entre otros 19 individuos que tratan de hacer lo mismo, marcando tiempos inferiores a los dos minutos por vuelta durante una hora y media de calvario, me parecen razones suficientes como para no llamar nenaza a un tipo que pasa miedo y pide una tregua, ni por supuesto a dos.

Tal vez lo de gladiadores les venga un poco holgado a algunos pilotos de la actual F1, lo admito, pero tiene su tela hacer lo que hacen. No seré yo quien lo ponga en duda. Con todo esto quiero decir que me parece pelín exagerado el tumulto que se ha organizado a cuenta de las peticiones de socorro de Barrichello (4º) y Buemi (8º); vamos, sobre dos pilotos que cumplieron con creces con lo que se les encomienda cada domingo de campeonato, y que a tenor de cómo lo hicieron, nadie diría que no supieron sobreponerse a sus propios agobios, tal vez apretando los dientes, o no, pero desde luego haciéndolo mucho mejor que los que quedaron del nono puesto para atrás.

La seguridad en los circuitos es un logro proletario, y de los muy peleados, y por ello me merece el mayor de los respetos. Gracias a Dios ya no lo recordamos (o casi), pero hubo un tiempo no muy lejano en que los pilotos se dejaban la piel, literalmente, en carreras como las de ayer, o aún en otras, incluso por menudencias, pero se la dejaban. Gracias a Dios, repito, ya no lo hacen, y me alegro.

¿Que la cosa se ha vuelto algo más sosa? Pues sí; ya se sabe, a menor riesgo menor gracia. ¿Que ahora salirse en una curva sin quedarse clavado parece pan comido? También… Pero prefiero aburrirme a que se me paralice el corazón mientras intento divisar si algo en el piloto me dice que sigue vivo.

Obviamente hay muchas cosas que arreglar en El Circo. Dije ayer que lo del Safety Car me cansa, pero no cambiaría una coma en lo referente a las cuestiones que permiten que los veinte tipos que despegan aterricen enteros, aunque alguno lleve el mono manchado, porque hasta para éso hay que tenerlos muy bien puestos. La salida es el momento más peligroso y acepto que intervenga el SC para que yo pueda ver la carrera mientras me tomo un café solo con pastelillo de arroz al otro lado del mundo. Soy de la opinión de que habría que racionalizarlo, porque tal y como está planteado me parece descabellado, pero me trago 100 carreras como la de ayer, como la de Monza 2008, o como la de Fuji 2007, con tal de no volver a ver en mi vida cómo Ricardo Palleti se empotra en la trasera del Ferrari de Pironi, perdiendo la vida, porque el francés se ha quedado clavado en la primera fila de la parrilla y el italiano ha salido zumbando y a ciegas desde la última.

Qué queréis que os diga, en condiciones como las de ayer, a mí todos me parecen rain masters.