Raro es el año en que McLaren repite resultados, salvo que medie un magnífico vehículo con un piloto sobresaliente. Como a todas luces no es el caso, intuyo que las magníficas expectativas que ha despertado el equipo de Woking en pretemporada (en algunos casos por delante de Ferrari y en la mayoría no demasiado lejos), se diluirán a poco que avance el campeonato.
En lo técnico, el MP4/23 es un MP4/22 de batalla larga. Que las dimensiones generales se parezcan ahora a las del Ferrari del año pasado, con el asunto del espionaje de por medio, aunque curioso no es lo realmente importante. Lo que sí tiene importancia es que Mclaren ha modificado las líneas básicas de su victorioso modelo de 2007, para evitar comparaciones odiosas y perjudiciales con Ferrari (la FIA sigue teniendo su ojo puesto sobre la escudería inglesa, al menos eso dicen). Aparentemente se han resuelto algunos problemas: equilibrio de pesos, apoyo aerodinámico, pero en el fondo no se ha resuelto nada porque lo que se ha hecho ha sido adecuar y ajustar el MP4/22 dejado por Alonso a sus nuevas medidas, dándole otro nombre.
Si el MP4/22 de 2007 era una bala, el de 2008 también lo es, y así lo ha demostrado en pista, pero esta vez tiene el problema añadido del poco límite de evolución con que nace, y que comenzará a pasar factura en cuanto comencemos a consumir carreras.
En lo humano, mucho me temo que el equipo va a sufrir de bicefalia. Mercedes-Benz está descontenta con lo ocurrido el año pasado y podría estar pensando en abrir en canal a Ron Dennis si las cosas se repiten. Por otro lado, Kovalainen ha comenzado a despertar las preocupaciones de Hamilton, lo que indica que por fin va a reinar la igualdad de oportunidades en el seno del equipo, y lo que es más divertido: que el británico no las tiene todas consigo. Por si fuera poco, el hijo de Anthony tiene que justificar demasiadas cosas en la pista: que no depende de lo que le pasaba Alonso, que ha madurado, que es el gran piloto que la prensa vendió en 2007, y que puede luchar con Fernando de tú a tú. Demasiada presión, me temo, para un hombre que estuvo a punto de lograr su primer entorchado en su primer año en la competición, pero que destrozó sus gomas cuando sólo le hacía falta terminar como estaba para llevárselo, o que apretó el botón que no debía cuando sólo le hacía falta acabar 4º para tenerlo en sus manos.
Con todo ello como telón de fondo, y a pesar de que Lewis y Heikki destacaron el año pasado como pilotos revelación, ninguno de los dos son lo que se dice pilotos sólidos. Ambos son apenas unos recién llegados, lo que les hará depender en buena medida de lo que dé de sí el monoplaza, y ya he dicho lo que pienso al respecto. En este orden de cosas, el finlandés tiene más posibilidades, sencillamente porque está más maduro (un año como el pasado en Renault, curte a cualquiera).
Lo dicho, McLaren corre el riesgo de desinflarse antes de Mónaco, y si no ocurre como aventuro, presumo que antes del verano serán terceros o cuartos.
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