La verdad es que Marina Bay pierde muchísimo sin Nelsinho Piquet acercándose a las protecciones circulando a toda velocidad, sin mi Felipe clamando justicia retroactiva, o sin una miserable conspiración british petroleum que llevarse a la boca, aunque, por qué negarlo, sigue manteniendo intacto su aquél como cita del Mundial.
Por lo previsible que suele resultar conviene tomar la salida desde la primera plaza de la parrilla y, en este sentido, George Russell había hecho casi todo lo que había que hacer el sábado calzándose la pole, de manera que el británico arrancó el domingo día 5 de octubre como titular de la posición de privilegio, seguido por Verstappen, Piastri, Antonelli, un flojísimo Norris (en clasificación), y los chicos de Ferrari, que quién los había visto y los veía a comienzos de mes.
Lando superaba limpiamente a Kimi en la arrancada, pero, sin acabar el primer giro, aplicaba con contundencia su particular lectura de las Papaya Rules golpeando y desplazando a Oscar, birlándole así el tercer lugar y, quedaros con este dato: sentenciando lo que daría de sí la prueba, ya que el podio había quedado firmado en la segunda vuelta de las 62 programadas.
Podría extenderme pormenorizando el amplio despliegue de lances menores que la retransmisión tuvo a bien escamotearnos, pero no es cuestión de enmendarle la plana a quienes saben más que nosotros y eligen qué momentos podemos y debemos recordar.
En todo caso, cabe destacar la anulación de los tiempos obtenidos por los Williams el sábado, lo que comprometió bastante su desempeño al día siguiente, la victoria de Mclaren en Constructores y la enésima estrategia creativa que metió Aston Martin a Fernando Alonso en carrera, con parada de infarto y desfibrilador, lo que llevó a que el asturiano firmara una remontada que vimos a medias por lo que os contaba hace unas líneas acerca de la retransmisión, aunque quedó coronada con un Hamilton en modo peligro absoluto gritando ¡voy sin frenos!, que tampoco fue para tanto bajo el noble entender de Dirección de Carrera...
Bueno, la cosa se arregló finalmente y el español se hizo con la séptima posición por penalización al astro británico, y sí, Russell fue primero, Verstappen acabó segundo y Norris tercero, lo que llevó a más de uno a sentenciar, salomónicamente, claro: la prueba ha sido aburrida pero vaya campeonato que nos está quedando, y es que quien no se consuela es porque no quiere.
Os leo.

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