A mí no me miréis, sabéis de sobra que, como ficción o sustitución inevitable de viejas carreras y dramas de verdad, antes que meterme en vena Drive to Survive prefiero disfrutar de Michel Vaillant —el álbum que sea— o ver de nuevo Grand Prix o Le Mans, o Ford vs. Ferrari, en bucle a poder ser.
Llevo ya mucho tiempo criticando la extorsión a la que nos someten Liberty Media y su brazo armado Netflix, en su afán desmedido de agilipollarnos por completo y convertirnos en bebés de chupete que tragan todo lo que cabe en el biberón, y como decía aquél: hasta aquí mi opinión sobre el último bodrio parido por esta gente con el fin de estimularnos antes de que dé comienzo la temporada en sí, que ni he visto ni veré porque ya tengo una edad y preciso cuidarme, aunque básicamente todo consiste en que no me gusta que me traten como si fuera bobo.