Si fuese capaz de ver el futuro hace tiempo que a mí no me veíais el pelo. Un Euromillones bien pagado y a holgazanear tranquilamente mientras Liberty y la FIA continúan infligiendo daños irreparables a nuestro querido deporte, y yo viéndolo desde la barrera, el sofá o la cama, donde, a pesar de lo que afirman algunos, se disfruta como dios de un buen apocalipsis, de los mejores apocalipsis, de todos los apocalipsis.
En 2025 cerramos ciclo normativo y, con tanta contratación de nuevos valores, emergentes o no, la Fórmula 1 ya está preparando el terreno por si no hay demasiada actividad en pista y toca dar alpiste a la voraz prensa especialista.
Los cambios previstos para 2026 son tan notables que a muchas escuderías les va a venir mal invertir en un año de pasapalabra, al 25 me refiero, de manera que se estirarán los proyectos del 24 y, con suerte, con mucha suerte, los equipos potentes comenzarán a sentar las bases de la adaptación a la nueva reglamentación. El resto preveo que sea fruto de la inercia.
Hamilton, por ejemplo, invertirá su tiempo en adaptarse porque lo bueno será la temporada siguiente. Newey ofrecerá algunos destellos pero aún será temprano para apreciar su mano en Aston Martin porque lo bueno será la temporada siguiente. Verstappen llegará a un acuerdo con Brackley, o no, porque lo bueno vendrá la temporada siguiente. McLaren pagará caro el esfuerzo de esta campana pero no resultará relevante porque lo bueno será la temporada siguiente. Se hablará mucho de las unidades de potencia del año siguiente, de las dudas que suscitan, de las necesidades y las prioridades. Ford y Honda estarán en el candelero y Audi bajará algunos enteros en confianza, aunque lo bueno será la temporada siguiente...
Durante la sesión venidera se hablará mucho de la siguiente, y si no es así me dejaré coleta.
Sólo espero y deseo que en diciembre de 2025 no hagamos como en Interlagos 2013, cuando se elevaron las revoluciones de los V8 hasta poner al rojo vivo los colectores, a modo de despedida, total, para que en Melbourne de 2014 a más de uno se le cayeran los calzoncillos al suelo observando aquellas aspiradoras de ruido amortiguado, que competían a baja velocidad porque todo era demasiado nuevo y lo bueno venía a partir de la temporada siguiente.
Os leo.
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