sábado, 10 de agosto de 2024

A Reclining Figure


A cuenta de todo esto del octavo de Lewis, he recordado que Bernie, Montezemolo y Todt, arruinaron el correspondiente del Kaiser obligándole a anunciar en Monza su retirada definitiva a finales de 2006, básicamente porque la noticia ya había sido filtrada a la prensa y el de Kerpen se encontraba entre la espada y la pared.

Schumacher cumplió dócilmente en aquella encerrona, ejerció después de embajador de la rossa, y, finalmente, se desdijo de sus palabras para intentarlo una vez más en Mercedes GP. También se habló en 2010 del octavo de Michael, no para aquella campaña, claro, pero pronto descubrimos —todos, incluso él—, que la fortuna no le iba a brindar una nueva oportunidad. 

Unos años antes, a finales de 2005, unos ladrones sustrajeron la obra de Henry Moore A Reclining Figure, una escultura de bronce de dos toneladas y media que decoraba los jardines de la Fundación Moore en Much Hadham. Perteneciente a la serie Figuras Reclinadas del escultor británico, estaba valorada en más de 4'5 millones de euros, pero el mercado del arte no era el objetivo de los delincuentes, lo que facilitó que la policía errara el tiro inicialmente y perdiera un tiempo precioso haciendo pesquisas mientras los cacos cortaban y fundían la pieza, separaban el cobre y el zinc y los vendían al peso. Dicen que sacaron algo menos de 2.000 euros por su hazaña... 

Vaya, la moraleja se ha escrito sola. 

Obviamente le deseo la mejor de las suertes a Hamilton en su aventura en Ferrari, pero hay veces en que uno piensa, yo pienso, que hay viajes para los que no hacen falta alforjas, pues los comienzas desde abajo o la cima no hará otra cosa que enseñarte los dientes.

Os leo.

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