viernes, 19 de julio de 2024

Salir del armario


Hay tantos guardarropas como fantasmas, y disculpad que lo mencione: todos tenemos un armario del que deberíamos atrevernos a salir y, sin embargo, permanece cerrado a cal y canto.

En lo que a mí respecta, Ralf Schumacher no ha salido de ningún sitio. El alemán ha confesado que es feliz con su actual pareja y lo ha compartido públicamente para que nos alegremos con él. No veo dobleces ni misterios ni intervención de divinidades a las que haya bailado Lewis. 

Es la vida, y si acaso hay gente que necesita que alguien se humille y salga de un lugar donde no debería haber permanecido ni un miserable segundo, os confieso que a mí no me hacía ninguna falta. Me gustan las buenas personas sin importarme un pimiento ni la raza ni el color ni el sexo, ni con quién revuelve la intimidad de sus sábanas o comparte los fríos del invierno. Si todo esto le ha venido bien a Ralf lo doy por bueno, y si le edulcora el carácter, mejor que mejor.

Pero sí, si hay que levantar el vaso de whisky, hoy lo alzo gustoso para brindar por un individuo de carne y hueso que, imagino, ha pasado las de Caín pensando que le resultaba inexcusable salir del armario para que cuatro cenutrios puedan dormir tranquilos.

Os leo.

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