miércoles, 26 de junio de 2024

Eddie se deja querer


Mira que el asunto estaba complicado, pero con el retorno de Flavio se nos está agilipollando todavía más y más el personal. 

En fin, las trampas, que cuando las hace un británico o un alemán son bien, y cuando las hace un italiano, o un mediterráneo o un latinoamericano, son mal, todo mal, siempre mal. La ética, la estética, y esa saludable tendencia anglosajona a hacer revisionismo de la historia arrimando el ascua a su sardina, claro...

La «cancelación» de Briatore, si me permitís decirlo así, abusa de la misma metodología utilizada con otros cancelados: la prensa niega el pan y la sal al candidato molesto, mitiga sus luces y enfatiza sus sombras, et voilà, como si se utilizara Photoshop, los plumillas tienen inmediatamente un malo de película, un ser siniestro para vender envuelto en papel negro, un proscrito que jamás debería volver al paddock, un tipo que produce pesadillas en esas mentes blanditas que se asustan con nada.

En contraposición al poco edificante Flavio encontramos individuos salaos y majetes como Jordan, que no anduvo listo con Michael Schumacher pues esperó a que Bertrand Gachot se enredara con un taxista, terminando en el calabozo, para dar la alternativa al alemán en Spa-Francorchamps, en agosto de 1991, pero sí estuvo presto a cobrar un sabroso soborno para votar a favor de Bernie en la renovación del Pacto de la Concordia de 1998, como tuvo a bien contar el británico durante su declaración en el caso Gribkowsky.

Si queréis entender de que va esta historia comenzad por preguntaros por qué el Benetton B194 fue un coche sobre el que planean dudas cuando allí estuvo involucrada la plana mayor que hizo gigante la diamantina Ferrari de unos años después, el famoso Dream Team. Ross Brawn, Rory Byrne, el propio Michael Schumacher y un tal Nicholas Tombazis, no salieron de la nada, fueron escogidos por Flavio Briatore a la hora de levantar Benetton, para que más tarde se los llevara Jean Todt a Maranello a base de talonario...

Y una última cosa: antes de inclinaros por la gente que se deja querer, preguntaros también Come è possibile!, pues seguro que tirando de hemeroteca encontráis sabrosas aclaraciones.

Os leo.

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