Propusimos francotiradores con órdenes de abatir a quien traspasara los sagrados límites de la pista, fosos con cocodrilos y caimanes en vez de bananas de hormigón, pero nadie nos hizo caso. Minas antitanque, trampas punji de bambú afilado, yo qué sé; por lo suave incluso sensores en el asfalto, pero los expertos defendían las decisiones de la FIA y no había nada que hacer porque la grava no estaba recomendada...
Ahora sí. Por esas cosas que jamás entenderé, ahora la Federación ha optado en Spielberg por volver a una de esas soluciones de toda la vida que han funcionado siempre en los circuitos, a la hora de que los pilotos recuerden que hay que circular por lo negro y los comisarios no se hagan un lío anulando vueltas.
Os leo.
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