El título completo es La historia desconocida del Circuito de Pedralbes y, a lo largo de sus 212 páginas, Ángel Campos nos acerca en panorámica a uno de los enclaves con mayor raigambre en el automovilismo de carreras español, que, desde luego, va más allá de las evoluciones de los monoplazas a través de las calles de uno de los barrios exclusivos de Barcelona durante los Grandes Premios España de 1951 y 54, con punto de salida y meta en la Avenida del Generalísimo Franco, hoy Avinguda Diagonal.
Estamos en plena posguerra, en plena larguísima posguerra, cabe decir, pues encadenamos la costosísima de nuestra Guerra Civil con la correspondiente a la II Guerra Mundial, y nuestro país buscaba alojo en el nuevo mundo surgido de la contienda, jalón que se alcanzó en diciembre de 1955 con el reconocimiento por parte de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.
Al dictador Franco le gustaba la pesca, la caza, los toros y el fútbol. Las carreras de coches le provocaban cierto rechazo por considerarlas actividad propia de burgueses y aristócratas, en todo caso era un hombre práctico y no puso reparos a que el Régimen se aprovechara del empeño de Penya Rhin por mantener viva una categoría deportiva que había escrito bellas páginas antes de 1946, y que, a partir de ese instante, continuaría escribiéndolas desde Pedralbes...
El marco parece conciso, pero aquí Campos abre la perspectiva y nos ofrece un escenario ampliado que abarca un sinfín de información y anécdotas, apoyado por un exhaustivo trabajo documental y gráfico, que convierte el paseo por la historia del Circuito de Pedralbes en un viaje imprescindible.
Con texto en castellano y editado en buen papel, lo que permite disfrutar de la enorme cantidad de instantáneas a color que nutren el libro, La historia desconocida del Circuito de Pedralbes es un volumen que no puede faltar en nuestras bibliotecas. Motos, referencias a las distintas actividades que rodeaban la principal, las Copas, las pruebas que no se pudieron sacar adelante, etcétera, dotan a este tomo de una grandeza que resulta complicado destacar en esta breve reseña.
Os leo.
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