Jaque mate

La existencia es muy puñetera. Has sido analista e inversor, por ejemplo, y de la noche a la mañana decides promocionar en Youtube tus cursos para enseñar a otros a invertir con éxito, inmobiliariamente hablando, se entiende...

Llevo mal, lo admito, que el día a día se empeñe en mostrarme lo equivocado que estaba, creyendo que la docencia daba para algo más que para engatusar al personal con horizontes de gloria desde una plataforma online, aunque también es verdad que, en estos sitios, a poco que busques encuentras material para triunfar: claves, recursos, consejos a prueba de fracaso, con lo estimulante que resulta fracasar no una ni dos veces, sino tres o las que hagan falta, o eso dicen.

Confieso, de paso, que pensé inmediatamente en Leo Beebe —no en el real, sino en el escultural personaje que encarnó el guapetón Josh Lucas en Le Mans '66—, cuando leía la noticia de que el cuñado de Alejandro Agag iba a dirigir Maserati en el E-Prix de Ciudad de México: «In Jose Aznar, we not only have a very capable interim team principal, but also one of the team owners. Who better to steer this ship than someone who owns shares in the team and the company?» [Confirmed: Maserati MSG Racing will start the new 2024 Formula E season without a team principal].

Vaya por delante que tiene un mérito tremendo meter en la misma frase «un director de equipo interino muy capaz» y «¿Quién mejor para dirigir este barco que alguien que posee acciones del equipo y la empresa?», porque menos mal que al frente del programa Ford para Le Mans [Ford vs. Ford, 1966 (#24LeMans 34)] estaba un tipo experimentado como Carroll Shelby y no un relaciones públicas como Beebe, y es que hemos abusado tanto del concepto experiencia en motorsport que chasquea bastante lo esgrimido por Maserati MSG Racing con tal de tranquilizar al aficionado a la Formula E. 

Toda la vida pensando que cualquier Sargento Mayor era más resultón en el campo de batalla que un oficial salido de West Point, que Pete Maverick daba sopas con honda al Vicealmirante Simpson o que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y resulta que el camino al éxito sigue estando sembrado de acciones y títulos de propiedad... y nosotros tan pobres y crédulos.

Os leo.