Mi abuela María, que era un bendito pozo de sabiduría, nos tenía dicho cuando pequeños que no se pueden tapar varias sillas con el mismo trasero, y hete aquí que, con la tontería de contentar a Brackley en todas sus demandas [¡Gracias, Toto!], hemos despertado un monstruo, es difícil que podamos pararlo, y el muy cabrón amenaza con joder las expectativas más halagüeñas porque sin drama no hay paraíso, ni negocio. A los yanquis se les puede engañar una vez, pero para la siguiente te estarán esperando con el pacemaker single action desenfundado y, sinceramente, para ese viaje no habrían hecho falta alforjas.
Han sido tantas las tonterías que se han transigido con Mercedes AMG que los descolgados abundan en demasía. Max y su coche van en modo imperial, a la austriaca, cabría decir, y detrás la nada más absoluta, como vengo repitiendo desde primavera. Veinticuatro carreras ¿para qué? si nos va a sobrar un 25% de citas, que, la verdad, a los árabes todo esto les importa un pimiento [Arabia Saudí no se esconde: reconoce el "lavado de imagen" en la compra del deporte], pero hay gente que por menos se siente robada.
Los de Sky Sports han insinuado esta mañana una especie de abuso por parte de Milton Keynes tras su resurrección después del fiasco en Marina Bay, en España se anda pidiendo que alguien pare a la de las bebidas energéticas, pero a ver quién es el guapo que les explica a unos y otros que no se puede alabar a todas horas el poder que tiene Toto y luego andar quejándose de los resultados de tanta lisonja y pleitesía gratuita.
Había —se hace pertinente hablar en pretérito— un Reglamento que estrenamos a comienzos de la campaña anterior, bastaba no haberlo tocado y dejar que ganara el mejor, evitando así que Horner le dijera a Wolff: «You've got a problem, change your fucking car», pero el deporte y la prensa decidieron apostar por la mula coja como caballo ganador. ¿Verstappen nos va a robar la cartera?, no, ¡por Dios!, lo que va a suceder es que las fiestas de Brackley, el infantilismo y debilidad que reinan en Place de la Concorde, lo terminaremos pagando tú y yo.
Os leo.
Pues si, tiene toda la pinta de que como nos temiamos desde hace mucho tiempo va a sobrar temporada a montones. Pasamos de la dictadura de Vettel a la de Hamilton y ahora a la de Max. Falta drama, mucho drama, en la F1.
ResponderEliminarY es que luego al amigo Checo desde Miami parece que le han nerfeado, ahora tiene problemas para ser segundo. También parecen muy nerfeados los aston martin, asi que detras de Max, la nada, diferencias abismales.