No hay manera de quitarnos a Max de encima. Ni carcasas menos elásticas ni clasificación que la madre que parió al de la ocurrencia; Verstappen y su RB19 siguen protagonizando los domingos de Gran Premio, y detrás, simplemente suceden cosas.
El holandés es el chico de la foto, y aunque hace unas horas su victoria ha sido más ceñida que otras veces —podemos aplaudir: sólo unos 34 segundos sobre el segundo clasificado, grosso modo—, el parque móvil de la Fórmula 1 permanece tan lejos, incluso el trastillo de Checo, que me da por pensar dónde coño está el gato, ya que comienzo a sentir la desasosegante sensación de que el aplastante dominio del de Red Bull a lo peor está siendo utilizado por la competencia para apresurar algún cambio de Reglamento, totalmente necesario, of course!
La prensa británica lleva tiempo en este planteamiento; Toto y Lewis también, que, a ver, estos abusos de posición dañan el espectáculo, por si no lo habíais notado, y si con el nuevo formato de ruedas y una clasificación sui generis no mejora la competición, a lo mejor hay que meter mano como se hizo con lo del porpoising que, casualidades de la vida, no menciona nadie.
Os leo.
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